Opinan nuestros lectores

Trata de personas en Corrientes

En Bella Vista, Corrientes, se paga a los cosecheros de naranjas 30 pesos por día, con una jornada de trabajo de 12 horas. Esto también es esclavitud.  En la capital de Corrientes no hay más que una fábrica. Así, son todos rehenes de los planes y tienen miedo a perderlos. Por razones familiares viajo cada tres meses y veo el desastre que es esto.

Carlos Fernández

 

Sobre la situación en Chile

Hace dos semanas surgió la propuesta, desde la Concertación, de hacer un plebiscito para solucionar el conflicto estudiantil. El PC se sumó a la propuesta.Los plebiscitos en Chile constitucionalmente no tienen ninguna facultad resolutiva; por lo tanto, el sentido de plantear esto como una salida, el único fin que tendría sería bajar las movilizaciones estudiantiles. La iniciativa fue presentada en el Consejo de la  Confederación de Estudiantes realizado en la ciudad de Concepción y fue rechazado a pesar de las maniobras del PC que, a través de la dirigente Camila Vallejo, pretendía imponer esta salida como un “un avance en la lucha por la educación gratuita”.

En todas las marchas que se realizaron los días 24 y 25 de agosto en Chile, los concertacionistas, el PC y la CUT fueron increpados por la gente cuando intentaron encabezar las marchas y no les permitieron ponerse al frente de éstas.

Víctor

 

La ‘desmovilización’ de los trabajadores chilenos

Según declaraciones de la ministra del Trabajo, E. Mattei, solamente un 9% de la población se movilizó durante la jornada de paralización de 48 horas y, bajo este análisis, el resto de la población legitimaría el gobierno burgués de Piñera y sus secuaces.

La prensa burguesa se empeña en atemorizar a sangre y fuego a las clases trabajadoras, transmitiendo permanentemente todos los mensajes desmotivadores para la clase obrera y la lucha de clases, enrostrándole a cada momento cómo sus dirigentes permanentemente los llaman “lúmpenes” o “infiltrados” con una falta de respeto a las legítimas formas de combate de la clase obrera, en circunstancia de que quienes salen a las calles a marchar no son más que aquel grupo más pequeño burgués de la sociedad junto a las direcciones traidoras que todavía tienen ciertos “derechos democráticos” para ausentarse de su lugar de trabajo o para asistir a la movilización en las calles y que, sin embargo, se calla y omite que ese 90% de trabajadores que no se moviliza no lo hace por su constante política revisionista y cobarde. Una política que jamás ha sido capaz de reconocer que la batalla de la clase obrera chilena se inscribe dentro del combate internacionalista por sacar al imperialismo de América Latina. Muy por el contrario, se llenan de orgullo con una desvergüenza, arrogándose el gran combate de la clase trabajadora como un logro de ellos mismos, cuando su intervención ha representado una política oportunista para desmovilizar a los trabajadores desconociendo que la lucha de clases siempre representa la necesidad de la humanidad de liberarse del capitalismo que le oprime, manteniendo siempre que puede el enfrentamiento de la clase obrera en los márgenes que la ley burguesa le permite.

Por esa razón y por la gran desconfianza a esta política que respeta y resguarda la propiedad privada es que ese 90% del proletariado chileno, históricamente despreciado con esa altanería típica de las direcciones lacayas del capitalismo y sus burguesías nacionales, hoy no sale a manifestarse.

Illapel