Otra de Rousselot

Se está convirtiendo en costumbre que Rousselot ocupe las primeras planas de los diarios.


En esta oportunidad, el juez en lo criminal, Jorge Carrera, llevó a cabo un allanamiento en el Concejo Deliberante y en la Dirección de Compras de la municipalidad, ante las denuncias que hablan de sobrefacturación en las compras realizadas por la Municipalidad de Morón durante el año 1992.


Esta denuncia se suma a la reciente destitución del juez Guiscardo, tras ser acusado de haber beneficiado en “forma manifiesta” al intendente de Morón en una causa que se le seguía. Además queda pendiente una presentación ante la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, por presunto mal desempeño de sus funciones (las de Rousselot) porque promulgó una ordenanza sobre control de tránsito y estacionamiento, aprobada en forma ilegal.


La “presunta estafa por sobrefacturación” llegaría a los 9 millones de dólares. Según los denunciantes, “se han pagado sobreprecios fabulosos de hasta 250%, hay proveedores fantasmas, los domicilios no existen, hay expedientes y facturas incompletas, los remitos y facturas no indican la marca de los productos, facilitándose el fraude” (Crónica, 3/4/93).


Pero las estafas de Rousselot no se limitan a las compras realizadas; también incluyen los contratos y licitaciones: la privatización de la deuda por alumbrado, barrido y limpieza; la contratación de una flota de camiones recolectores de residuos; licitación para el funcionamiento de la Red Administrativa Morón; concesión del servicio público de control de tránsito; privatización de la merienda escolar; etc., etc., etc… Cada compra, licitación y contrato realizado por la municipalidad tiene el sello de la prebenda y el negociado en favor de la patria contratista y los grandes capitalistas.


Esta política ha llevado al municipio a tener un déficit (reconocido en la memoria y balance aprobados recientemente por el Concejo Deliberante) de 20 millones de dólares (según datos de la oposición llegaría a 30 millones). Al asumir Rousselot, hace 16 meses, el déficit municipal era de 10 millones de dólares.


Durante la “gestión” Rousselot los “gastos” se han “reducido” (1.100 despidos municipales); la recaudación ha crecido (impuestazo del 35% a fines del ’92); el déficit se ha duplicado (según las cifras oficiales). Queda claro que la diferencia ha ido a parar a los bolsillos de los contratistas y proveedores del Estado municipal.


Pero como ya le ocurriera a Grosso en la Capital, Rousselot no puede cumplir con los compromisos y con las deudas provocadas por su política entreguista. Luego de haber vaciado la Intendencia con los contratos privatizadores, ahora la lleva por el camino de la cesación de pagos: la empresa Lawn Care (encargada de la recolección de residuos) denunció que el municipio le adeuda 5 millones de dólares, sus trabajadores debieron recurrir a la movilización y al paro denunciando la bicicleta permanente a la hora de cobrar sus sueldos por parte de estos privatizadores.


Derrumbe económico de la comuna, caos en los servicios públicos esenciales, impuestazos permanentes, rosario interminable de fraudes y negociados; esto es lo único que pueden ofrecer estos parásitos al pueblo de Morón.