“Piqueteritos” en Pilar


Cuando leímos en el periódico el artículo sobre los “Los Pibes Piqueteros” en los comedores de Pilar, una mamá tiró la idea de hacer lo mismo para reclamar útiles, guardapolvos y zapatillas para el comienzo del año lectivo. Muchos chicos tardan en empezar la escuela por la falta de calzado adecuado, ropa, guardapolvos y útiles. El Estado reparte por medio del Consejo Escolar y las escuelas una ayuda que las mamás saben que llega mal, tarde o nunca. Así es que fuimos trazando el plan con tiempo, tratando de seguir los pasos mencionados en el artículo; conversamos con las mamás y con los chicos, porque aunque muchos de ellos han participado en marchas, lo importante es que comiencen a tomar conciencia de lo que significa; y también la participación de las madres que discutieron en las asambleas.


 


En el petitorio llevamos otros planteos pendientes: materiales para la construcción de los comedores que están al aire libre, garrafas, y la bolsa de trabajo; cuestiones que venimos discutiendo de marchas anteriores. El municipio anuncia obras, y pedimos bolsa de trabajo bajo nuestro control, con seguro del 80% y salario de acuerdo con la canasta. Llevamos además la denuncia de las mamás de un barrio cuyos hijos meriendan en Los Valientes I (Lucchetti), contra el comedor del municipio, cuyo “dueño” vende la ayuda que recibe y explota a las compañeras que trabajan allí; la denuncia fue presentada por las mamás, que llevaron una carta firmada por ellas, así como una compañera que presentó su caso personal de necesidad de atención a sus hijos desnutridos.


 


Los comedores eligieron a los niños que iban a participar en la entrevista. El martes 15 salimos a Pilar desde Villa Rosa, Lucchetti y Barrio Boggio, Peruzzotti (Pilar) y Santa Teresa (Maquinista Savio, Pilar).


 


En la marcha participaron alrededor de 100 chicos y unos cincuenta mayores. El municipio intentó limitar la delegación a cuatro personas y sin chicos. Su característica es el terror a la “mala prensa”: siempre trata de que la televisión y los medios queden fuera de cualquier manifestación contraria. Pero entramos y hablamos en el salón principal con el intendente Zuccaro, quien se comprometió a financiar la compra de 100 pares de zapatillas, a enviar a los asistentes sociales para la ayuda a los comedores y la posible entrega del comedor municipal denunciado a las mamás del barrio o al Polo Obrero, con fecha fija. Delegó la cuestión de útiles y guardapolvos al Consejo Escolar y con respecto a la bolsa de trabajo alabó a Balestrini y planteó que se iba a manejar con el plan Agua más Trabajo, tirando una línea para ver cómo nos caía (lo cual augura nuevas batallas). Las mamás y nuestras delegadas intervinieron en forma muy aguerrida, y plantearon el problema de la salud cuando Zuccaro trató de comprarlas con la “renovación de la salita” de Lucchetti, que es una cáscara vacía, donde la atención ha empeorado. Quedó planteada una futura asamblea en la salita con la participación de varios barrios.


 


A la salida nos encontramos con que los agentes del municipio habían repartido golosinas y gaseosas para tratar de llevar a los niños al centro de la plaza. Los niños comieron las golosinas y luego se encolumnaron con las mamás para escuchar los resultados de la entrevista y marchar al Consejo Escolar, donde dejamos el petitorio, para volver el día jueves a buscar respuestas. El día jueves, con un presupuesto en la mano, recibimos el dinero para unos 160 pares de zapatillas y el Consejo se comprometió a recibir nuestros listados y controlar que los útiles y guardapolvos, y eventualmente calzados, sean entregados a los niños, por medio de la escuela.


 


Queda todavía mucho por resolver, pero los compañeros han aprendido a trazar ellos mismos el camino.


 


Una nota especial merece uno de los periódicos zonales que cubrió la movilización. En la edición del día siguiente, tergiversó aviesamente varias cuestiones, no solamente el número de participantes (cosa habitual), sino que puso en duda que hubiésemos sido recibidos por el intendente. Informó que la movilización terminó cuando los agentes repartieron las golosinas, poniendo en duda la conciencia de las madres (a quienes llamó punteras) y los niños, así como no informó del compromiso real del intendente. Las madres llamaron al diario quejándose y éste pidió disculpas; no obstante, hemos decidido enviar una carta abierta para aclarar los términos.


 


Hasta pronto.