Recuerdos de militancia

Leo el número mil de Prensa Obrera y siento esas satisfacciones que uno sólo recibe luego de años de lucha, esas de reconocimiento.


Un par personales


Recuerdo cuando detenían a toda la dirección del Partido en el '89, acusada de “instigar los saqueos”. Yo tuve que faltar una semana a clases porque esa noche llamaron a mi casa y avisaron que iban a reventar a mis padres, militantes del Partido. Nos dejaron en la casa de unos primos y no los vimos por una semana; nunca supe dónde estuvieron.


O cuando, en mis años en el colegio secundario, en 1992, mientras luchábamos contra la Ley Federal de Educación, a mí me costaba un Perú decir que era militante del PO. Cuando se lo conté a un compañero muy luchador, lo primero que hizo fue descostillarse de la risa, burlándose. Este compañero de la escuela resultó ser… Pablo Rabey, que hoy es uno de nuestros compañeros más capaces para el dictado de cursos.


O la lucha de Atlántida en 1997, que fue una enorme experiencia para muchos jóvenes formados en los cursos del Partido pero que, en la práctica, nunca habíamos visto una lucha dirigida por el PO. La tapa “Para que Atlántida triunfe” nos quedó marcada a fuego, ya que nos mostró como se lleva adelante una lucha hasta el final. Mientras comenzaba el proceso de cortes de ruta, una treintena de trabajadores de Atlántida y compañeros cortamos la Panamericana, algo que no hizo ni la histórica huelga de la Ford en 1985. En esos años hicimos recorridas con el fondo de huelga por los barrios cercanos a Atlántida. En una de esas recorridas, uno de esos un viejo compañero nos decía: “estas cosas te marcan para siempre, cuando te fogueás no parás más”. Uno de esos pibes era yo; el otro Matías Villar, hoy dirigente de nuestra regional San Isidro.


Un par contada por viejos militantes


Hoy, al decir que uno es militante del PO, todo el mundo (más o menos como la gente) lo felicita o mínimamente dice “qué bien, adelante con tu lucha”. Pero cuando salió el periódico ccn la tapa que denunciaba que Alfonsín había designado un gabinete “de industriales y banqueros”, la gente escupía a los compañeros que hacían un piqueteo.


O aquella que decía “Vote por Menem y le sale un Alsogaray”. A los compañeros les resultaba muy difícil sostener esas actividades; los repudiaban en las calles. Un piqueteo en la estación de Polvorines con esa prensa tuvo que ser suspendido, porque un grupo de peronistas quería pegarles a los “mentirosos del PO”.


Quería transmitir estos recuerdos para toda la militancia actual, porque es hora de que nuestros pronósticos sean verdaderamente escuchados. Como la conclusión que sacamos en la Asamblea de Prensa: “un partido que puede mostrar sus aciertos del pasado hoy, tiene todo el futuro por delante”.