Reflexiones de un trabajador

El pasado 1º de Mayo se realizó la Jornada Nacional de Lucha, que tuvo como epicentro uno de los lugares históricos con mayor convocatoria de la clase obrera, la Plaza de Mayo.


No sé realmente qué pensar, si fue un placer o una desilusión, el haber viajado 700 km desde Córdoba para escuchar lo que escuché y de quienes lo escuché.


Nosotros, como trabajadores de Ciadea (Renault), acudimos a esta convocatoria, ya que nos pareció extremadamente importante, porque unir a las organizaciones en lucha para generar una alternativa estratégica y obrera en contra de este régimen burgués que nos acosa día a día, nos resulta bastante necesario.


Pero pese a los ‘términos’ en que fue hecha la convocatoria, nos encontramos con discursos arcaicos, propios de la terrible verticalidad y necesidad de protagonismo de ‘algunos’ partidos de la izquierda, los que lamentablemente han demostrado una falta de madurez y conciencia de clase.


Sinceramente, esto me recuerda a palabras de Perón cuando decía: “El movimiento obrero es la columna vertebral del Partido Justicialista…”; ahora, yo me pregunto, ¿Por qué la columna vertebral y no la cabeza?, ¿hasta cuándo el pueblo trabajador va a seguir siendo un profiláctico electoral?; pues, si somos carne de cañón, tenemos el derecho y el deber de apuntar y disparar ese cañón.


Sólo puedo rescatar (a título personal), las palabras emitidas por el compañero Néstor Pitrola, de Atlántida, y por los fogoneros de Neuquén, que se manifestaron como verdaderos trabajadores en lucha, y no “en nombre del Padre”.


Creo que es totalmente necesario conformar un verdadero Frente de Izquierda para poder ofrecer batalla a los partidos políticos de la burguesía en su propio terreno; esto es, en el ámbito electoral. Pero esto podría llevarse a cabo únicamente con la unidad legítima y participativa, no sólo de militantes partidarios de izquierda, sino también de Trabajadores en lucha que, día a día, van manifestando una resistencia plena al modelo Menem-FMI.


Compañeros: los invito humildemente a la reflexión de una vez por todas, a tomar el toro por las astas, promoviendo la generación de un Programa Nacional de Organizaciones en Lucha, que aporte credibilidad a la masa obrera y brinde una alternativa real de cambio, porque Octubre se acerca y no podemos ni debemos quedarnos de brazos cruzados.