Respecto del cambio telefónico

Los ciudadanos somos bom­bardeados y estafados por infor­maciones falsas, política y económicamente interesadas, que no responden a lo mejor, la éti­ca, la honradez y las necesida­des del pueblo argentino, pero sí a la entrega, el latrocinio y la prostitución políticos.


La pregunta es: ¿Qué repre­senta todo este quilombo de nú­meros, siglas y explicaciones que complican y trastornan la vida del usuario telefónico? Además, en el momento de po­nerlas en funciones, ni las em­presas telefónicas están prepa­radas con aptitud y respuesta para el cambio.


No tienen ni idea o capaci­dad para entender una premi­sa básica que es la simplicidad operatoria.


¿No era más simple colocar nuevas centrales telefónicas (o adaptarlas, para determinadas zonas necesarias) y colocar so­lamente un prefijo (o dos) igua­les para todo el mundo, con la excepción del número de la cen­tral correspondiente a la cual se quiera acceder.


La velocidad mental y la ca­pacidad de los usuarios para absorber este cambalache de complicadas informaciones no ha sido tenida en cuenta como base para cambiar las reglas, lo que marca, además de un mercantilismo delictivo y des­piadado, una indignidad de con­ciencia por parte de los que tie­nen en su poder la solución del tema.


Debe volverse atrás y estudiar un sistema más simple y viable, el no hacerlo implica el negocio infame de los errores promovidos