Respuesta a lector K

M. R.

Emilio, lector que opina en el número 1.156 de Prensa Obrera, no le encuentra sentido a nuestra afirmación de que “se quiso ocultar el partido al que pertenecía Mariano”, cuando “hoy en día saben todos que era del PO”. El lector tiene toda la razón en esto último. Lo que, en cambio, no dice es que si “todos saben”, ello es a pesar de los medios oficiales. Para ello, evitaron rigurosamente entrevistar a cualquier dirigente del Partido Obrero. El tandem kirchnerista de Gvirtz (6,7,8, Duro de Domar y TVR) produjo los únicos tres programas de la televisión argentina que no invitaron al PO después del crimen. Emilio dice que es “un papelón” que TN haya “promocionado las marchas por Mariano”: En ese caso, ¿reclama que TN debía sumarse a la censura oficial? Los funcionarios y políticos K van a todas las entrevistas con Van der Kooy y Blank. El lector supone que aludimos a Telefónica “sin que venga al caso”, pero Telefónica es la principal beneficiaria de la ley de medios, que preocupa al lector: el negocio del triple play -más ahora que puso bajo su alero a Telecom. Como anticipo, el gobierno exceptuó a Telefé (Telefónica) de la cláusula que impide a un mismo grupo empresario controlar medios de transmisión de la información y “contenidos”.

Emilio nos acusa, finalmente, de victimizarnos. Pero lo que tenemos es una víctima real, de la burocracia sindical y sus patotas -a las que el gobierno jamás condenó desde que Mariano fue asesinado. “Victimizarse” -o sea, convertirse en víctima artificialmente- es la especialidad del kirchnerismo, que se dice atacado por la misma reacción política a la que convoca, puntualmente, para los arreglos de deuda (Club de París), auditorías (FMI) o “pactos sociales”. Emilio nos insta a “no aliarnos con el diablo”. Pero hace rato que el diablo está en maridaje con Boudou, Aníbal Fernández y tutti quanti. Estimado Emilio: “la única verdad…”.