Respuesta al CUFT

En el “Correo de Prensa Obrera” del PO 402, Carlos Federico Martens, en nombre de un grupo llamado CUFT (Comisión Unitaria por un Frente de Trabajadores) informa que se acercó al local del PO en Mar del Plata a proponer “una idea de trabajo conjunto” en rechazo a la Ley Federal de Educación para el Día del Maestro, y fue rechazado con una “retahíla de agresiones y argumentos políticos infundamentados”, al punto de caracterizar al CUFT como “casi cómplices del gobierno”.


Los hechos son: una delegación del llamado CUFT se hizo presente  en el local del PO de  Mar del Plata planteando la iniciativa de una actividad conjunta contra la Ley Federal de Educación, “que había sido ya discutida con el MST” —que no se hizo presente ni hizo conocer tal acuerdo. La propuesta consistía en una declaración contra la Ley, oponiéndole los reclamos de “defensa de la educación pública”, “que podría tomar la forma de volante o mesas de información en distintos puntos de la ciudad”. Los militantes del PO que atendieron la visita señalaron que la convocatoria del CUFT omitía lo que era el centro de preocupación en ese momento: poner en pie una corriente de adhesión organizada en la docencia y la juventud en torno al FIT. Se les señaló que la convocatoria, escudada en su carácter “gremial”, “omitía” toda consideración al Frente Grande y al CTA (Mary Sánchez) como protagonistas principales del vaciamiento de la movilización educativa contra la Ley, así como toda consigna referida al gobierno que destruye la educación pública (“Fuera Menem”) y desde ya su “abstención” respecto al frente de izquierda constituido. Esto llevaba, No a ser “cómplices del gobierno”, pero Sí de la charca centroizquierdista que los docentes conocen de cerca por sus traiciones. La reunión terminó con el retiro abrupto de la delegación del CUFT.


 


Comprobación


 


Días después de este encuentro, y tardíamente, el CUFT se pronunció frente a las elecciones de octubre. “Vemos proclamada por parte de algunas organizaciones o partidos de izquierda —afirman— la necesidad de frentes y en algunos casos su constitución electoral, en medio de apuros y negociaciones de último momento”, señalando que los “‘frentes nominales’ constituyen una demostración de que el auténtico frente de los trabajadores está ausente”.


Así el FIT estaría, para el CUFT, en la misma “bolsa” que el Frente Grande o cualquiera de los otros frentes de “viudas del menemismo” (Patria y Pueblo, Frente Amplio, etc.), todos los cuales se hicieron “en medio de apuros”  y expresarían “la ausencia de un reagrupamiento y acumulación de fuerzas de los trabajadores”.


La conclusión del CUFT está a la “altura” de este “análisis”: “los trabajadores deben volcarse hacia aquellas listas donde se refleje programáticamente mejor nuestra situación y nuestras necesidades, y donde concurran aquellos compañeros más representativos”, es decir, “libertad de voto” entre el Chacho Alvarez, Fontela o Altamira.


Esto sobra para caracterizar a esta “joven organización” como un grupo estructurado en torno a “viejísimos males”: la  hostilidad a toda delimitación revolucionaria y la renuncia a toda política de principios. Medrando con los anhelos unitarios del activismo se pretende ocultar un proceso franco de descomposición política y levantar un nuevo obstáculo a la construcción del partido revolucionario. Las elecciones demostraron el acierto de haber formado el FIT (“electoral”, sí, y “de apuro”, sí —y no por nuestra responsabilidad). El FIT presentó una plataforma de características revolucionarias (en oposición a los programas democratizantes del Frepu e IU) y permitió que la izquierda tuviera presencia en la campaña electoral y obtuviera 150.000 votos, de los cuales casi 100.000 en la provincia de Buenos Aires, un caudal tremendamente importante para quien está empeñado en la reconstrucción política revolucionaria de la vanguardia obrera y no en disfrazar su propia quiebra.


No nos referiríamos al CUFT si no fuera por el incidente que abre estas líneas y porque en su seno actúa JF, miembro de la CD del sindicato de Prensa y militante de la organización hasta hace dos años. JF, además, se ha acercado a compañeros de nuestra periferia invitándolos a participar del CUFT. El alejamiento de JF fue tortuoso: invocó diferencias con la dirección regional de orden metodológico (ausencia de una política de inserción en los sindicatos, faccionalismo) proclamando al mismo tiempo su fidelidad con la línea partidaria. Hace seis meses se le propuso integrar a él y a otro compañero (P.) un núcleo simpatizante, a partir de su planteo de difundir la prensa y cotizar para el “frente de prensa” del partido en Capital, y bajo directa supervisión de un compañero del CN. Consideró la propuesta “impracticable” por su mala relación con los militantes de la regional, y en poco tiempo pasó a la conformación del CUFT y a la ruptura total con el partido revolucionario.


 


(por el comité regional Mar del Plata)