Rieznik y los economistas

Angel de Morón

He leído con interés y también con desacuerdo, el artículo de Pablo Rieznik sobre los Economistas de Izquierda (EDI) en Prensa Obrera del 18 de julio. Eso me motivó a escribir esta carta, que estoy seguro publicarán.

 

Rieznik dice que hablar de salida a la crisis es darle una “salida” al capitalismo. ¿No se deben ofrecer salidas entonces? ¿Qué esperan acaso millones de personas?, ¿el socialismo o luchas por medidas concretas? Creo que cualquier militante respondería esto último, y que la lucha por las reivindicaciones formen parte de una práctica de poder popular, que haga convencer de la necesidad del socialismo. ¿Acaso no hay que reunirse para tratar estos temas? ¿Por qué no estuvieron ahí los “economistas” del PO? Aunque más no fuera un ejercicio intelectual (y creo que es más que eso), la movida vale la pena. Pensar soluciones socialistas es imprescindible y le otorga más crédito a los marxistas ante la mirada de amplias masas populares. Y si esa izquierda lo hace en unidad, mejor aun.

 

¿Por qué esa práctica de analizar la posición de las otras fuerzas de izquierda en cada lucha o acontecimiento? Permítaseme ejemplificar con una situación: hay una inundación en Junín y en lugar de ver qué pasa, cuál es la responsabilidad del capitalismo en ello y proponer soluciones, ¡se critica las posiciones de los otros partidos marxistas!

 

Soy militante del PC y aclaro que en el oeste del Gran Buenos Aires comparto la mejor militancia obrera y socialista con los compañeros del PO. Somos un verdadero ejemplo, eso creo yo, de unidad en la lucha. Muchas veces me quieren entregar la prensa, que a veces leo con interés y otras veces me da bronca que a cada rato se agreda a los otros partidos de izquierda. Me apena que el partido que tiene militantes de “Primera A”, y que fue el primero en insistir con dos grandes aciertos –control obrero y Asamblea Constituyente–, haga eso. Dirán: no es agresión, es polémica. Pero ¿cómo se llama decir que los EDI son charlatanes y pequeñoburgueses? ¿Quién le otorga el derecho a decidir el grado de compromiso socialista de cada uno? ¿Son acaso Julio Gambina o Jorge Beinstein unos socialistas simuladores? Humildemente, llamo a los compañeros a terminar con estas actitudes. Y aprovecho la oportunidad para proponer que entre todos los partidos que luchan contra el sistema capitalista, hagamos un pacto de no agresión, que colaboremos entre nosotros intercambiando experiencia e información. Todos somos (y realmente me refiero a todos) producto de una sociedad capitalista y aspiro a que luchemos contra la vanidad, el sectarismo y otras lacras.

 

Cordialmente.