Correo de lectores
21/9/2000|681
Sobisch regala la provincia
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El gobernador Sobisch, en su gira por Chile, dijo que sale a buscar inversiones. Pero es al revés, si justo para lo único que sale es para regalar nuestra provincia. A costa nuestra, que le pagamos a él y a toda su comitiva (que son cincuenta chantas entre funcionarios, empresarios y periodistas oficialistas) los lujosos viajes a España, Brasil, Chile y todos los que vendrán en próximas giras.
Lo único que traen son patrañas, mentiras e ilusiones.
Mientras el pueblo está en su casa sin trabajo, ni comida, ni esperanza. Y nosotros los que trabajamos, nos la pasamos defendiendo el bolsillo para que no nos toquen nuestro sueldo, ni directa ni indirectamente, con ajustes encubiertos o no.
En mi provincia hemos frenado la Ley Federal de Educación (está suspendida su aplicación), y esto gracias a la lucha de la comunidad, a que no aceptamos el vaciamiento de la escuela pública.
Pero ahora lo que tenemos que impedir es el convenio de Sobisch con Repsol. Tenemos una mina de oro en la provincia con los hidrocarburos y la están regalando con ese convenio. Estamos como en la época de la colonización, que se nos llevaban el oro a cambio de pestes y porquerías que traían los españoles. Hoy, 500 años después, Sobisch quiere seguir haciendo lo mismo.
Las empresas, además de llevarse nuestras riquezas nos destruyen el medio ambiente (queda un daño ambiental que las Naciones Unidas han valuado en mil millones de dólares). Por ejemplo, el río Neuquén ya está empetrolado.
De esta actividad, además, en la provincia no queda nada, solamente el 12% de regalías (cabe aclarar que en Perú las regalías son del 37%).
Las inversiones que promete Repsol engloban lo que podríamos llamar el costo de la explotación del negocio, es decir, lo que año a año deben invertir en equipamiento, insumos, tecnología e instalaciones.
El 60% de la actividad petrolera de la provincia está en manos de Repsol, y con esto tiene en la provincia una rentabilidad neta (ganancia) de 1.600 pesos por minuto. Cualquiera se da cuenta de que es una vil entrega de las riquezas de nuestros suelos lo que propone el gobernador.
Esa riqueza la tendríamos que extraer nosotros, los neuquinos.