Taxi libre a la superexplotación

La política económica del plan Cavallo vomita trabajadores a la calle y los convierte en desocupados.


Gran parte de ellos comienza como chofer de taxi. Para poder trabajar son obligados a firmar el “contrato de locación”, pagar de 50 a 60 pesos por turno de 12 horas, cargando con gastos de combustible, pinchaduras, etc. El contrato liquida la jornada de 8 horas, el descanso semanal, vacaciones, aguinaldo, enfermedad e indemnización.


Convierte a trabajadores en relación de dependencia en autónomos, debiendo pagar al sistema previsional igual suma que los propietarios de taxi. Estos mismos lograron evitar presentar en SACTA el libre deuda previsional. Muchos debían varios años, y tener que regularizar deudas les hubiera obligado a vender sus licencias.


De esta forma, la patronal puede sostener su tasa de ganancia sobre la espalda de los choferes. La clase media ha sido alcanzada por el desempleo y, como consecuencia de esto, se redujeron los viajes en taxi. Por lo tanto, el trabajo no asegura siquiera el pago del alquiler diario.


¡Explotados de arriba a abajo!