Una carta desde Nicaragua

Queridas compañeras:


Soy feminista del Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua y de manera personal quiero demostrarles mi gratitud por su solidaridad en este momento crucial para el movimiento de mujeres de Nicaragua. Luchamos contra-corriente contra un gobierno que en América Latina y otras partes del mundo aparece como revolucionario junto a los de Venezuela, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, etc. (y ahora hasta han agregado a Guatemala).


Tan sólo ver la lista anterior, produce rechazo meter todos estos gobiernos en un mismo saco. Más el de Nicaragua que ha demostrado ser corrupto y promotor de las causas más graves contra el pueblo y las mujeres en particular. No sólo es condenable el hecho de promover acciones nefastas contra el Estado y los intereses populares, sino porque Daniel Ortega está montado en una montaña de nicaragüenses que murieron haciendo una revolución que él y su camarilla traicionaron para convertirse en nuevos ricos, más ambiciosos y criminales que los de origen explotador.


Quiero decirles que desde hace rato no son sandinistas, aunque el Sandinismo no ha muerto, ahí está levantándose de las cenizas y pronto se oirá de nuevo su grito de lucha.


El movimiento de mujeres está siendo perseguido por el danielismo, una suerte de mafia infame que ha pactado con la clase política heredera del somocismo. Les ruego cambiar el asunto (danielismo por sandinismo) de su pronunciamiento. Un abrazo.