Víctima de la privatización de la salud

El viernes 8 de agosto Bernardo Nesci, un joven trabajador que conducía una moto de reparto, fue embestido por un automóvil, salió despedido e impactó en el pavimento; el joven que conducía con casco no perdió la conciencia en ningún momento. Se llamó al SAME y fue trasladado al Hospital Ramos Mejía, ingresando al mismo a los 30 minutos de ocurrido el accidente. En el hospital se inició el tratamiento adecuado del trauma, constatándose que presentaba una contusión abdominal y fractura bilateral de caderas, de fémur y rodilla izquierda con estallido, decidiéndose la esterilización quirúrgica inmediata de las fracturas.


Bernardo permanecía despierto y de buen ánimo a pesar de las lesiones, sin saber que se transformaría en una víctima inocente de un sistema montado para la destrucción de la salud pública y de la seguridad de los trabajadores. Como las ART  no tienen convenio de atención con los hospitales municipales, la aseguradora pasó a hacerse cargo de la atención del paciente, para lo cual se trasladó un médico de la ART al hospital a constatar las lesiones y decidir la conducta, el que llegó una hora más tarde… el facultativo en cuestión decide el traslado de Bernardo al sanatorio San Patricio (entidad pamidependiente propiedad del menemista Kohan) con el que la ART tiene contrato. La ambulancia de traslado demoró mas de 2 horas y Bernardo llegó al sanatorio ¡5 horas después de ocurrido el accidente! Es operado 1 hora más tarde y fallece 1 hora después. Este joven trabajador de 22 años, con fracturas que requerían una cirugía traumatológica de urgencia y cuyo “score de trauma” (una escala médica de valoración del paciente politraumatizado) que lo incluía dentro del grupo de no compromiso de vida, muere porque la operación que podrían haberle hecho en el Ramos Mejía y que le hubiera salvado la vida, no se hizo a tiempo.


Bernardo es una víctima del régimen menemista de la liquidación de la Salud Pública, de las ART y de la privatización de la salud. Aquí no hay un problema de “mala praxis”, el problema es el régimen mismo, que no solo condena a los trabajadores al hambre y la desesperación, sino que también nos transforma en víctimas de los mercaderes de la salud. Literalmente, liquidar al régimen menemista es una cuestión de vida o muerte. Que la muerte de Bernardo no sea inútil.