Zaffaroni: “fraude patriótico”, “democracia” K y la Revolución Francesa


La cumbre de la perfidia en defensa del fraude tucumano llegó por boca de Eugenio Zaffaroni. Página/12 (24/9) le dio una contratapa que el cortesano tituló “Soy ‘chusma” y fue a la rastra de los dichos de la “jefa”. Según este jurista, en Tucumán la democracia está encarnada en la dupla Alperovich-Manzur, de la cual, sin importarle que integre lacreme de la oligarquía citrícola y/o azucarera regional, sostiene que representa a la “chusma' (que 70 años atrás hizo) el 17 de octubre de 1945”. Zaffaroni dice: “¿Es ésta una manifestación de autoritarismo fascista?”. Su respuesta: “No”, y añade: el “autoritarismo” K opera como “las mujeres hambreadas que cantaban La Marsellesa” (sic).


“Fraude patriótico”: Yrigoyen, Perón


Zaffaroni se remonta a la oposición de un sector de la oligarquía a la ley Sáenz Peña para hacer una curiosa amalgama con la de la ciudadanía movilizada contra el fraude tucumano. La resistencia a éste tendría el mismo signo que el de una minoría oligárquica que se opuso a la sanción de aquella ley en nombre de que así el régimen abriría el “infierno” de la acción popular. El gobierno de CFK-Scioli-Alperovich, agente de la entrega a la Barrick, Chevron y Monsanto, según Zaffaroni, es ni más ni menos que la encarnación de las masas laboriosas…


Zaffaroni asimila a la “chusma” patoteril K al “liberalismo político” de la Revolución Francesa. La Cámpora de los jóvenes millonarios comparada con los sans-culottes…


La “chusma” que Zaffaroni defiende es un calco de las “legiones patrióticas” de los años ‘20 y ‘30. Nuestro “garantista” defiende al oligarca Alperovich, no a los encarcelados por defender comicios democráticos. Ochenta años después de la Década Infame, ésta resucita bajo los K. Zaffaroni ataca a la militancia democrática que gana las calles, ni siquiera a la oposición pusilánime que bajo la presión de Macri-Massa-Stolbizer dudó hasta de apelar el fallo de la Corte provincial.


Zaffaroni se jacta de “liberal”, pero como lo demostró desde la Corte “pesificadora”, su horizonte (y sus intereses) son los de Techint y el gran capital.


Confundir las movilizaciones democráticas tucumanas con las del gorilismo de la Unión Democrática es un exabrupto imperdonable. Zaffaroni no distingue ya La Vendée reaccionaria de quienes tiraron abajo La Bastilla.