El gran negociado de la cultura no es un circo

Cada vez que Di Telia, el ex se­cretario de Cultura de la Na­ción, hacía declaraciones, levanta­ba polvareda y las “buenas con­ciencias” se ruborizaban por las palabrotas. Ya había ocurrido an­tes cuando dijo que, para el go­bierno, “la cultura no era priori­dad”. En nuevas manifestaciones, hechas a la revista TXT (12/11) y que determinaron su despido, afir­mó que “el gobierno debe resolver primero el problema de los chicos que se mueren de hambre en San­tiago del Estero y no quién es la pe­lotuda o puta que va a dirigir el Fondo de las Artes…”.


Los reproches al ex secretario apuntan a los términos usados: puta y pelotuda. Pero el presupuesto del Fondo Nacional de las Artes ha vuelto al Tesoro nacio­nal, después que quedó acéfalo. Lo que Di Telia no dijo es que la principal urgencia está en cum­plir las exigencias de la banca in­ternacional, por eso la cultura no tiene prioridad. Por otro lado, oculta con extremo cuidado que la política del gobierno otorga el ne­gocio cultural a los “privados” (galeristas, museos particulares). “Resulta conmovedor advertir que el tema del arte signifique un motor que no sólo involucra el arte en sí mismo, sino que también sirve para recorrer nuestras ciu­dades, nuestros paseos, nuestros restaurantes -dice La Nación (10/10)-, además de damos una cuota de alegría cuando adquie­ren obras de nuestros artistas en nuestras galerías de arte”. “No to­do es default”, concluía el editorialista. Di Telia fue un iniciador, en los ‘60, del mecenazgo artísti­co (debidamente deducido de los impuestos). En definitiva, Kirchner pretende seguir cumpliendo con los objetivos de pagar a la banca internacional, y que el arte y la cultura sean pingües negocios para la burguesía.


En el último Plenario Abierto de LuchArte, acordamos trabajar para el Encuentro de artistas y profesionales del 11 de diciembre en la Facultad de Ciencias Socia­les, de Parque Centenario, para luchar por la reconstrucción del país sobre nuevas bases sociales. Estamos convencidos que sólo agrupándonos por la alternativa obrera y socialista se pueden lo­grar los objetivos de trabajo y cul­tura para todos, reconstruyendo al conjunto de los trabajadores y no a los depredadores capitalistas.


Los monos, panteras y elefantes vivirán en libertad, a lo sumo esta­rán en circos para esparcimiento de los obreros. No habrá dueños ni do­madores y el estiércol se irá por las cloacas de la historia.