Cultura

2/6/2005|902

ARTEBA: El arte como business

Del 20 al 25 de mayo se realizó en el predio de La Rural, en Buenos Aires, la edición 2005 de ArteBA, que es desde hace varios años, por su trascendencia y extensión, el evento más importante de las artes en la Argentina.


Vale dejar en claro desde un principio que no se trata de una mega-exposición, ni de una Bienal (así se denomina a grandes muestras periódicas donde se pueden observar obras de artistas de distintos países, seleccionadas en base a criterios supuestamente artísticos, no comerciales). ArteBA es, por el contrario, una feria, lo que significa que su objetivo esencial es vender las obras expuestas; todo en ella apunta a este fin.


De esta manera, nos encontramos ante un evento para el cual el arte no es otra cosa que un negocio, sin disimulos. En ArteBA los criterios de selección no se refieren a la calidad técnica o conceptual de la obra, al mensaje o expresión que el artista ha puesto en ella, sino simplemente a la ubicación que la obra y su creador tienen, como mercancías, en el esquema de oferta, demanda y especulación del mercado de arte nacional e internacional. En el mejor de los casos, las obras podrán ser juzgadas por un reducido sector de incipientes coleccionistas y compradores de ocasión, más o menos “sensibles”, que elegirán teniendo en cuenta alguna moda en particular, o considerando qué cuadro podría armonizar con los sillones del living.


ArteBA, sin embargo, es sólo un reflejo del perverso sistema de comercialización de obras de arte que impera en el país. El Estado casi no otorga becas, ni subsidios, ni premios a los artistas, quienes de esta manera, si quieren vivir de su producción, deben someterse al aparato de ventas dominado por las galerías, que son las que manejan los hilos por los cuales un artista puede trascender y lograr su legitimación en el mercado. En este esquema, las galerías se llevan una comisión del 50 por ciento de las ventas producidas, cifra que puede llegar al 80% si se trata de ferias como ArteBA. Una estafa.


Buenos Aires (Argentina por extensión) carece de un evento integrador del ámbito de la plástica que trascienda la consideración del arte como negocio. El Estado se ha ocupado de desactivar incluso algunos tímidos intentos de generar un espacio ampliado para la difusión de los artistas, sobre todo de aquellos cuyas propuestas, por su sentido de ruptura y crítica, no encuentran en el circuito tradicional del arte una posibilidad de dar a conocer sus producciones. Buenos Aires No Duerme, por ejemplo, fue liquidado. Es por este vacío que ArteBA encuentra una respuesta más o menos masiva (aunque, en este sentido, una entrada de 10 pesos se encarga de dejar fuera a buena parte del público interesado).


Para los hacedores, privados o estatales, de esta ciudad de casinos, máquinas tragamonedas, especulación financiera y prostitución de lujo, la única visión posible del arte es la que lo entiende como negocio.