Cultura

5/6/2014|1317

ArteBa, el capitalismo artístico y el monopolio de la belleza

ArteBa, el capitalismo art�stico y el monopolio de la belleza

“Las ferias de arte son un negocio inmobiliario”. La frase, dicha una vez por una galerista, puede adaptarse a la edición 23° de la feria de arte contemporáneo ArteBa, que se presentó del 23 al 26 de mayo en La Rural. Se trata de un espacio de compra y venta de obras (y de contactos, ese otro negocio), que no es más que una síntesis de la manera en la cual el capitalismo se apropia históricamente del arte y del artista: lo vuelve mercancía.

Basta observar quiénes cortaron la cinta de inauguración de ArteBa: el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri; el presidente de arteBA, Alec Oxenford (empresario, fundador de OLX.com; DeRemate.com y DineroMail.com); el presidente de Petrobras -uno de los máximos sponsors de la feria- y el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, entre otros. La entrada, por si quedaban dudas sobre el carácter expulsivo hacia lo popular, fue de 90 pesos.

Todas las obras cotizaban en dólares, con valores de 800 o mil para arriba (Clarín, 26/5). Quizás una de las expresiones más burdas de la cooptación empresarial sobre el arte se refleje en la obra “Luminiscencia”, de la conocida artista Nicola Costantino, que trabaja con las burbujas como núcleo artístico en un espacio auspiciado, precisamente, por el vino espumante Chandon.

La especialista en arte Andrea Giunta -curadora invitada en esta feria- explicó que una característica del arte contemporáneo es que hay obras que se forman con objetos de la cotidianeidad. Sin embargo -en manos de la burguesía artística-, esto no indica que se acerque el arte al trabajador, sino que la obra se vuelve un fetiche, un espejismo de clase.

El arte contemporáneo, a su vez, determinó una participación activa del espectador.

En ese sentido, que una feria como ArteBa trabaje como eje con el arte contemporáneo (un género atravesado por distintas obras vanguardistas críticas del poder) pone de manifiesto el orden estratégico de la burguesía frente las vanguardias: su intento de neutralizarlas.

El movimiento trabajador debe reflexionar e interpelar estos escenarios artísticos de la burguesía en su búsqueda de la apropiación del arte y de la cultura.

Como dijo alguna vez Régis Debray: “Hay arrebatarle a la burguesía el monopolio de la belleza”.

Daniel Mecca