Cultura

26/10/2021

Bauer y los Fernández pretenden transformar una conquista de les artistas en “incentivo” electoral

El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, anunció que previo a las elecciones del 14 de noviembre se hará efectiva una quinta cuota de $15.000 “a todos los beneficiarios de la convocatoria al Apoyo Extraordinario Cultura Solidaria” (Infobae, 25/10). El anuncio viene precedido de otro que fuera frenado por la justicia a través de una cautelar en base a la supuesta violación de “las restricciones que impone el Código Electoral” (Tiempo Argentino, 20/10). Se trata del bono “Más Cultura Joven”, destinado a jóvenes de entre 18 y 24 años que  “busca reducir la brecha económica existente entre el acceso a los bienes y servicios culturales y que podría ser utilizado entre el 1° de noviembre 2021 y el 30 de abril de 2022” (Ídem), por un monto de $5.000.

Resulta oportuno recodar lo escrito profusamente en estas páginas con referencia a que sólo después de diversas acciones de lucha en pandemia (asambleas online, festivales, movilizaciones a Plaza de Mayo y al Ministerio de Cultura), el gobierno, de modo deformado, vehiculizó el pago del reclamo que se había tornado popular en el terreno de artistas, técnicos y trabajadores de la cultura, de $30.000 de compensación salarial, haciéndolo en dos cuotas de $15.000 (Becas Sostener Cultura II). Posteriormente y después de nuevas acciones de lucha, que incluso contemplaron una movilización y performance frente a las oficinas del Fondo Nacional de las Artes (entidad a través de la que se receptó y evaluó la inscripción para las becas) reclamando se sostenga tal ayuda económica hasta que se pueda volver a trabajar y se incorporen a todes quienes se hubieran inscripto, se prolongaron en el tiempo por dos meses más y se amplió el número de beneficiarios.

Es muy elocuente para desmontar el relato oficial en cuanto a sus prioridades lo que publicó la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre datos del FMI en relación al costo fiscal de los recursos movilizados en términos de PBI. Los orientados a asistir hogares en Argentina han sido uno de los menores de la región, “ocupando el noveno lugar entre los 18 de América Latina, por detrás de Brasil, Uruguay; Chile, Perú, El Salvador, Paraguay, Bolivia y Guatemala.” La transferencia de recursos, sin embargo, ubica a nuestro país “en segundo lugar, detrás de Chile, respecto de los recursos empleados para el apoyo a las empresas” (OIT, Panorama Laboral 2020 América Latina y el Caribe. Diciembre 2020, en Artistas y Pandemia de Julio Cortés ed. Nueva Generación, pag. 344).

La salida al parate ocasionado por las restricciones para evitar la circulación y contagio de Covid-19 desmiente los discursos “optimistas” del gobierno de la Larreta-Cambiemos en la CABA o del gobierno nacional de que “la cultura volvió” o “está volviendo”. En verdad aún se siguen contabilizando y reconociendo las cifras abrumadoras del impacto en el campo artístico: el abandono de la actividades de miles de artistas, el cierre de centros culturales y teatros, el quebranto económico y el endeudamiento de otres tantxs. Por parte de las patronales del sector, “la salida” -como oportunamente señalamos-, viene de la mano de un reclamo por mayores exenciones impositivas, ruptura de convenios colectivos y mayor flexibilidad laboral.

Un gobierno que hizo oídos sordos a la alternativa de establecer un impuesto a las grandes ganadoras de la pandemia, las OTT como Netflix, Spotify o Amazon para constituir un “pozo” genuino que permitiera una asistencia real a les artistas, no duda en hacer doctrina de los dichos repudiables del candidato oficialista Daniel Gollán luego de las Paso procurando revertir el resultado de entonces: “con un poco más de plata en el bolsillo la foto de Olivos no hubiese molestado tanto” (El Economista, 23/9). Los artistas, técnicxs y trabajadorxs de la cultura, sin embargo, en un contexto peor aún al del año pasado, con cifras abrumadoras de desocupación, pobreza, pérdida de poder adquisitivo del salario quienes lo tengan, inflación y devaluación, que sabemos ciertamente que tal “ayuda” ha sido producto de una larga y consecuente lucha en pandemia; debemos ir por lo nuestro que en el terreno electoral se expresa en las listas del FIT-U, su programa y sus candidates.