El gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pretendió, amparándose en la emergencia provocada por la pandemia de Covid-19, adueñarse de la partida que, como parte del presupuesto de la Legislatura porteña, corresponde al pago del Régimen de Reconocimiento a la Actividad Literaria, conocida entre sus beneficiarios como Pensión del Escritor.

La Pensión, que beneficia a escritoras y escritores de más de 60 años de edad con un mínimo de cinco libros publicados, se logró en el año 2008 luego de una larga lucha de los escritores y escritoras, con movilizaciones de más de cien personas a la Legislatura y extenuantes discusiones con las bancadas de legisladores, quienes, en su gran mayoría, se oponían en principio a la sanción de esa ley.

La semana pasada el Gobierno de la Ciudad envió un mail a los beneficiarios de la Pensión en el que manifestaba que “la partida de Proescritores (al igual que muchas otras de Cultura) quedaron a disposición del Ministerio de Hacienda y de Jefatura de Gabinete, debido a la crisis generada por el virus Covid-19”. En buen romance, nos decían que no íbamos a cobrar la Pensión hasta nuevo aviso. De este modo, al igual que lo hace el gobierno nacional, el de la Ciudad disponía de los fondos para el pago de la deuda o para subsidiar a las patronales.

Rápidamente, desde la Comisión de Seguridad Social de la Unión de Escritoras y Escritores pusimos en marcha un comunicado pidiendo firmas de adhesión, en el que decíamos que “muchos escritores y escritoras se quedarán sin el único sustento de que disponen para vivir. Esta política se agrava si se tiene en cuenta que esos escritores forman parte de la población de riesgo respecto del coronavirus. La Unión de Escritoras y Escritores exige que el Gobierno de la Ciudad cumpla con sus obligaciones y destine la partida que corresponde al pago de esta pensión. Hacemos responsable al Gobierno de la Ciudad por cualquier perjuicio que esta política conlleve para los escritores y escritoras involucrados”.

En pocas horas el comunicado reunió más de doscientas firmas. La campaña tuvo gran repercusión en los medios, con notas en Clarín, La Nación y Página 12. El Gobierno de la Ciudad tomó nota y al día siguiente nos informaron que la Pensión iba a ser pagada el miércoles pasado. El pago se hizo efectivo tal cual lo prometido. La lucha de los escritores y escritoras triunfó en toda la línea.

Esta lucha viene a sumarse a las otras tantas que los trabajadores desarrollan contra los intentos de las patronales y los gobiernos que las representan por descargar la crisis económica, profundizada por la pandemia de Covid-19, sobre los trabajadores, con despidos, suspensiones y rebajas salariales. Cada triunfo que se logre contra esta política debe alentar todas las luchas que se libren para derrotarla.

Los escritores y escritoras debemos pensar ahora cómo lograr que nos reconozcan el total de la Pensión, que es el salario de la categoría más baja de empleados de la Ciudad, que es el monto asignado por ley y que ahora no nos están pagando. Además, debemos darnos un método para luchar por una obra social a la que recurrir en caso de necesidades médicas: los que no tienen cobertura médica lo necesitan urgentemente.