Como parte del ciclo de entrevistas que se realizan desde al cuenta de Instagram de Prensa Obrera, tuvo lugar el jueves 16 una entretenida charla el cantante y fundador de Las Manos de Filippi, Hernán “Cabra” de la Vega. El músico se refirió a la lucha que vienen desarrollando desde la Asamblea Nacional de Artistas y Trabajadores de la Cultura, la experiencia de organización de los músicos después de Cromañón, la fundación de la banda, y la experiencia solidaria de todos estos años poniéndole ritmo y musicalidad a las luchas populares.

El Cabra arrancó contando cómo se organizaron desde Músicos Organizados junto a la Asamblea Nacional de Artistas y Trabajadores de la Cultura para exigir un subsidio mensual de $30.000, financiado con un impuesto a las OTT (plataformas de streaming). El día anterior a la entrevista, los artistas habían realizado una caravana desde el Congreso hasta el Centro Cultura Kirchner, que fue cerrada por Las Manos de Filippi tocando sus canciones. “La cuarentena puso de relieve la situación en la que trabajábamos los músicos. Sin posibilidad de tener un contrato, sin la posibilidad de tener un ingreso para atravesar la cuarentena”, dijo Hernán, y convocó a luchar más que nunca “por todos los medios que se pueda, para poder salir de esta cuarentena con mejores condiciones laborales para los músicos”.

Aprovechó la ocasión para denunciar el carácter miserable de los subsidios que presentó el Fondo Nacional de las Artes, que además de ser insuficientes requieren postularse ante un jurado. Los reclamos de la Asamblea Nacional de Artistas y Trabajadores de la Cultura están contenidos en un proyecto de ley presentado por Romina Del Plá, al igual que el impuesto a las OTT.

 

 

“Apenas empezó la cuarentena, con Músicos Organizados lanzamos un empadronamiento que juntó a 4.000 sólo la primera semana. Hoy creo que son 7.000 u 8.000, sólo músicos”, contó el Cabra, y destacó la importancia de la experiencia previa de los músicos después de Cromañon: “En aquel momento no fue tan así, se tuvo que inventar la asamblea, inventar lo del Músicos Unidos por el Rock. Era todo mucho más árido, pero todo deja un precedente y sirve para más adelante”.

La organización del artista como un trabajador de la cultura fue todo un eje de la entrevista, el Cabra dijo que “Cromañon fue una bisagra en ese sentido. Antes las bandas solidarias éramos difusoras de otras luchas, pero a partir de Cromañon empezamos a hacer festivales por nuestras propias reivindicaciones”. Ahora, frente a la crisis abierta por la pandemia, “la reacción fue inmediata: enseguida teníamos músicos empadronados, una asamblea funcionando con gente de todo el país”, señaló.

La vivencia de haber acompañado diversas luchas populares: piqueteras, obreras, de fábricas recuperadas –como la de los ceramistas de Neuquén o la de Brukman–, aportaron a Las Manos las herramientas para organizar la pelea por sus propios reclamos, y también aportó a ello su militancia en el Partido Obrero desde 1989.

Hernán contó cómo se acercó en ese momento al Partido Obrero, en medio de la campaña electoral de 1989, su militancia, sus compañeros y compañeras de entonces y de ahora, como es el caso de la cantante Patricia Barone. Recordó también sus años como artista callejero en la calle Florida, cómo se nutrió de ese lugar para sus letras y para reconocerse como un trabajador de la cultura.

También habló sobre la fundación de Las Manos de Filippi, la primera formación, la diversidad de estilos musicales: “lo más representativo, era lo de ser raro, pero ahora eso ya dejó de ser raro. Todas las bandas son más amplias en su estilo, pero los primeros seis temas que compuse, con los que salí a tocar a Florida, eran un tango medio humorístico, una cumbia, un chamamé y después un chingui chingui, que era lo que podía tocar yo con la mano derecha”.

Del mismo modo caracterizó el contenido de las letras: “Si bien está muy presente lo político, la denuncia, también tiene muy presente el humor, que viene a balancear un poco la crítica. Creo que si no tuviese humor esa crítica sería peor que un noticiero, sería aburridísima”, y agregó que el humor es más efectivo que cualquier otra expresión, no solo para hacer cosas cómicas sino también para hacer cosas serias”.

El Cabra relató cómo fue la experiencia de Las Manos en Chile, donde realizaron varias presentaciones en medio de la rebelión contra el gobierno de Sebastián Piñera. “Estuvimos tocando a un mes de la revuelta en una asamblea de Villa Francia. Cuando tocás en un lugar en el que la gente salió a luchar ves un bloque de gente toda unificada en un solo canto. Tanto en Chile como en Honduras nos pasó ver ese bloque de masa toda unificada y con ansias de luchar. En Honduras había 100.000 personas en medio de un estado de sitio, adentro de una universidad. Fue una experiencia interesante para el grupo”.

El Cabra destacó también la importancia de la lucha del movimiento de mujeres y cómo impactó en el ámbito del rock. “Si vos te dirigís a un público joven en un punto tenés que tener la profesionalidad de un docente. Los músicos se ven con poder frente a jóvenes que los admiran y hacen cualquiera, lo mismo le pasa a los curas. Por suerte eso ya está mal visto y se va ganando terreno en cuanto a la libertad de las chicas y los chicos”.

Hernán charló con Prensa Obrera sobre la composición de sus temas, la música que escucha y su relación con el tango. “Me interesa mucho seguir usándolo, y actualizar y tocar historias de ahora con ese ritmo”, y dijo que sigue al frente de su proyecto Che Chino, donde acompaña divertidísimas letras al compás del dos por cuatro. “Eso de que el tango es machista tengo mis dudas. El tango en su momento era la música de los jóvenes, en ese momento si había un esbozo en contra del machismo de esa sociedad, estaría en el tango porque era lo que escuchaban los jóvenes. Y siempre los jóvenes están a la vanguardia de las nuevas tendencias”. Acompañado de su guitarra, el Cabra cerró una divertida entrevista cantando una milonguita titulada “Ave Fénix”.