Cultura

27/8/1997|554

Censura a la juventud en Olavarría

“Nos quitan el trabajo, nos quitan el futuro y quieren también quitarnos un poco de alegría”. Esto nos dijo uno de los miles de pibes que este fin de semana se quedaron sin los “Redondos”, bajo la llovizna y tras haber pagado con mucha anticipación su entrada.


Y éstas fueron algunas de las ‘postales’:


• Una piba de Olavarría iniciando la sentada, cortando el tránsito frente al Hotel Savoy donde se alojaba la banda (la sentada creció y se transformó luego en marcha).


• Un tipo grande (¿45 años?) con su familia, llevando a dormir a su casa a cuatro chicos de Bahía Blanca que no tenían dónde parar. No fue el único.


• Uno, dos, tres comerciantes, desmintiendo haber solicitado la prohibición y reclamando que se hicieran los recitales por “su trabajo y por la ciudad”.


• Los elementos más retrógrados de la sociedad —las “fuerzas vivas”— esperando infructuosamente los ‘desbordes’, el ‘caos’ y la ‘violencia’ que los informes de ‘inteligencia’ policial habían prometido.


• Un solitario graffitti póstumo: “Olavarría, cuidado que viene el cuco”.


Muchísimos pibes llegaron por música y encontraron una dolorosa clase de ‘democracia burguesa’: el intendente, asesorado por la policía, y por solicitud de la cámara empresarial, “entidades civiles y de bien público … ”, apeló al método del decreto para ejercer censura en nombre del ‘orden y del bien común’. El fallo del juez en lo civil y comercial, que denegó los pedidos de “no innovar”, y el fallo posterior de la cámara de apelaciones de Azul, manteniendo igual dictamen y devolviendo el poder de decisión … al intendente, que ratificó el decreto.


Todavía quedan otras ‘postales’:


• El ‘Indio’ Solari, anunciando en inédita conferencia de prensa que la banda se quedaba hasta que se retirase el último fan.


• Uno de los ‘ricoteros’ más grandecitos: “El intendente hizo como Herminio, prendió fuego a su propio cajón”.


• Los desocupados cortando la Ruta 51 y demostrando que el único ‘caos’ y ‘violencia’ lo ejerce el capital y su Estado, que “nos quitan el trabajo, nos quitan el futuro …”, y este fin de semana también nos quitaron “… un poco de alegría”.