Cultura

7/12/2020

Dave Brubeck, un innovador que popularizó al jazz (a un siglo de su nacimiento)

Y algunas notas sobre el género y su lugar en la Guerra Fría.

Músicxs Organizadxs

Este 6 de diciembre se cumplieron 100 años del nacimiento en Concord (California) del pianista y compositor Dave Brubeck, una figura de peso en la popularización del jazz.

Representante del “West Coast Jazz”, sus primeros pasos en el piano los dio con su madre, quien había estudiado en Reino Unido con Myra Hess y alguna vez pretendió ser concertista, pero se dedicaba a dar clases de piano. Se formó dentro de la música académica, pero cuando escuchó a Ellington viró para el jazz. También sus hermanos mayores eran músicos, y fue en ese contexto que tocó ya en su primera juventud en locales de jazz. Su padre era granjero, por ello pensó en ser veterinario, y cursó en la universidad pero terminó yendo para el conservatorio al “College of the Pacific”.

Durante la Primera Guerra Mundial fue reclutado para el servicio militar en la armada de los EE.UU. y sirvió en el extranjero en el Tercer Ejército. Pero dejó de ser soldado cuando al participar en un concierto de la Cruz Roja le ordenaron formar una banda musical debido al éxito obtenido: The Wolfpack , integrando músicos blancos y negros. Al finalizar la guerra volvió a estudiar con el compositor francés Darius Milhaud fuga y contrapunto, que imprimiría en sus composiciones, en el Mills College en Oakland y en ocasiones con Arnord Schoenberg.

Después de constituir en 1946 un octeto experimental y un trío, junto a Cal Tjader (vibrafonista) y Don Crotty (bajo), en 1951 creó el Dave Brubeck Quartet, donde encontró su identidad musical. Esto se da en el marco de un nuevo movimiento estilístico: el cool jazz, denominación que quedó para los músicos de la costa este, fundamentado con músicos como Lennie Tristano, pianista de Chicago, y Miles Davis, quien se distancia del bop que tocaba con Parker y graba Birth of the Cool, en un estilo más relajado y orquestal.

Otro punto de gravitación es el West Coast Jazz, corriente donde se enrola Brubeck, desarrollado en la costa occidental de los EE.UU. Era tocado a menudo por músicos que se ganaban la vida en las orquestas cinematográficas de los grandes estudios de Hollywood. En esta música desempeñan un papel importante elementos de la tradición musical de la Europa académica y el folklore euro-americano, africano y de oriente.

El Dave Brubeck Quartet incursionó en métricas por aquel entonces lejanas al jazz, al igual que sus improvisaciones y acercamiento armónico, convirtiéndose en uno de los grupos más famosos dentro del género, en contrapunto con la escena más influida por el blues de Nueva York y Filadelfia. El cuarteto generó interés tanto del público como de los críticos, aunque Brubeck no logró obtener la aceptación como maestro del piano en el entorno jazzístico. Su grupo alcanzó el puesto 1 en la revista Down Beat – hubo reportajes en Life y portada en Time!– y contribuyó a la popularidad del jazz dentro de los campus universitarios de los ’50, haciendo giras por las asociaciones estudiantiles antes que el género fuera desplazado por el rock.

El punto más importante fue el álbum Time out (1959, Columbia) junto a Paul Desmond en saxo alto, Eugene Wright en contrabajo y Joe Morello en batería. Vendió más de un millón de copias, siendo un cruce entre lo refinado y exuberante, con métricas inusuales en composiciones jazzísticas. Sus temas más sobresalientes son“Take Five”, compuesta por Desmond en el compás de 5/4, que se convirtió en un standard y un hito, un fenómeno popular; “Blue Rondo a la Turk”, basado en un ritmo turco; y “Pick Ups Steacks”. La tapa del disco contiene una pintura vanguardista del artista Neil Fujita.

Otros álbumes destacados son Time further out (1961), Countdown: time in outer space (1962) y Time changes (1964), con tapas de Joan Miró, Franz Kline y Sam Francis respectivamente. Lo propio puede decirse de Time in (1966). Por su parte, el álbum en vivo At Carnegie Hall (1963) representa otro hito importante, en particular con sus temas “In Your Own Sweet Way” y “The Duke”.

En 1959 el DBQ tocó junto a la filarmónica de Nueva York, dirigida por Leonard Bernstein. Grabaron Dialogues for Jazz Combo and Orchestra, compuesta por su hermano Howard Brubeck -una experiencia pionera en la combinación del jazz con las orquestas sinfónicas. Participó en giras mundiales con la compañía de baile de Murray Louis, relacionando al jazz con la danza moderna. También giró por Oriente Medio y Europa Oriental, hasta su disolución en 1967.

Debido a las intensas giras el Departamento de Estado de EE.UU. lo convierte en su embajador cultural. La masividad del jazz, debido a su originalidad y la posibilidad de reproducción, llevó a esta apropiación por parte del poder, buscando colocar al género como música americana que expresaba “la libertad” durante la Guerra Fría. Ya en 1956 fue creado el programa Jazz Ambassadors (Embajadores del jazz), con esta orientación, en cuyo marco realiza Brubeck un tour en 1958 del otro lado del “Muro de Hierro”, pasando por Alemania del Este y Polonia, así como varios países de Medio Oriente. Otros muchos artistas de primera línea del jazz participarían del programa.

Que su participación no implicaba una aceptación acrítica del poder en el coloso del norte se ve con el disco The Real Ambassadors de 1961, realizado por Dave y su esposa Iola en conjunto con Louis Armstrong. Allí, los músicos arrojaban algunas líneas satíricas sobre el programa Jazz Ambassadors y aprovechaban para contraponer las prédicas de libertad con la denuncias del segregacionismo y el racismo al interior de Estados Unidos, que siempre tuvieron a Brubeck como un fuerte denunciante. Con todo, Brubeck no se despegará del Departamento de Estado: en 1987 compone una obra coral para la visita del papa Juan Pablo II a San Francisco; y toca en 1988 en Moscú para la cumbre entre Reagan y Gorbachov. En particular, el artista era tomado por el poder como ejemplo del éxito del padre de familia que podría haber sido ranchero, pero alcanzó el éxito con la música.

En su 50 años de carrera, Brubeck representó el jazz creativo, alcanzando esa plenitud con su cuarteto, con sus improvisaciones torrenciales, citas barrocas y románticas y amplio conocimiento del repertorio clásico y contemporáneo, falleciendo el 5 de diciembre del 2012.

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