Cultura

17/5/2012|1222

El Encuentro Nacional de Doca aprobó un plan de lucha

Hernán “Vasco” Martín, presidente de Doca

El fin de semana del 28 y 29 de abril se realizó el cuarto Encuentro Nacional de Doca (Documentalistas Argentinos) con la presencia de realizadores de Buenos Aires y distintas provincias del país.


Se produjo un importante debate y elaboración, y se aprobaron planes de trabajo para profundizar la organización independiente de los documentalistas y de todo tipo de realizadores audiovisuales. Este objetivo fue aprobado por unanimidad.


En la comisión de Distribución y exhibición se produjo un exhaustivo análisis de los impedimentos de distribución de la gran cantidad de producciones nacionales (más de 150 al año) -pocas salas, entradas caras, control monopólico, incumplimiento de la irrisoria cuota de pantalla del 10% para el cine nacional, ausencia de las prometidas pantallas que llegarían con la Ley de Medios-; y de las propuestas realizadas por otras asociaciones de directores (DAC, PCI, ADN y AADC). La síntesis lograda dio lugar a un pliego de reivindicaciones que serán la base para proponer una campaña.


El problema de la exhibición de las películas nacionales no se reduce a apoyar una pérfida defensa del Gaumont, enarbolada por los mismos que llevaron a que esa sala sea casi la única y limitadísima ventana del cine nacional. El reciente anuncio de cierre del cine Belgrano Arteplex confirma que hay un problema de conjunto. Es necesario que se reduzca el costo de las entradas y se triplique la cantidad de salas (sobre todo que se reabran las salas barriales), que se apoye decididamente el lanzamiento y estreno de los films nacionales mediante un subsidio para cada película, que se legisle para que (como en la reforma política) todos los medios de comunicación -públicos y privados, de la "corpo" y de la "korpo"- tengan obligación de ceder espacios de publicidad para la promoción de la producción cultural nacional.


Con estas propuestas salimos a reforzar la organización de Doca y a una serie de iniciativas para quebrar el control cultural e ideológico del imperialismo norteamericano.


Cuando la 'sintonía fina' arrecia, en el terreno cultural el gobierno reclama también 'exportar para importar' y amenaza con recortar subsidios. Quedan al desnudo los límites insalvables de los planteos 'nacionalistas'.