Cultura

20/4/2017|1454

INCAA: importante movilización contra el ajuste al cine

Continúa la crisis en el instituto de cinematografía

Ojo Obrero


Más de mil personas. entre realizadores, actores, técnicos, trabajadores del instituto y estudiantes de las distintas carreras de artes audiovisuales, se congregaron frente a las puertas del INCAA en rechazo a la profundización del ajuste que busca emprender el gobierno, tras el desplazamiento de Alejandro Cacetta.


 


La jornada se inscribe en una tendencia general a la movilización del sector, que ya había retomado fuerza desde las asambleas y movilizaciones lanzadas por las asociaciones de documentalistas durante febrero y marzo. La convocatoria a una acción frente a la inauguración del Bafici también corresponde originalmente a una iniciativa de los documentalistas para denunciar la condena al cine independiente que representa el actual Plan de Fomento, impulsado por la gestión del renunciado Cacetta.


 


La crisis desatada por las “renuncias” motivó la asamblea masiva que se realizó el jueves santo en el cine Gaumont. Allí, los estudiantes de la Enerc (escuela del instituto de la cual se “renunció” a su director, Pablo Rovito) sostuvieron la necesidad de defender los mecanismos de elección de autoridades conquistados por el movimiento estudiantil, graduados y docentes; y los realizadores presentes extendieron los planteos de democratización a la designación de autoridades del INCAA, incluyendo la necesidad de una reformulación de los planes de fomento, cuya orientación social actual refuerza la apropiación de los recursos del instituto por los grandes conglomerados capitalistas de la industria.


 


Sin embargo, la convocatoria frente a la sede del INCAA no fue impulsada por las resoluciones de la asamblea previa. Asociaciones y sectores que no lograron imponer su orientación en el Gaumont dieron la espalda a las resoluciones.


 


El documento presentado en la puerta del instituto sostiene que “en el cine nacional la grieta no existe” y convoca a “la defensa irrestricta de la ley de Cine, el fondo nacional de fomento cinematográfico completo y la autarquía del INCAA”.


 


La declaración de que “en el cine nacional la grieta no existe” constituye una declaración de defensa del statu quo de la gestión Cacetta y la convivencia de éste con el funcionariado de la “pesada herencia” kirchnerista. Una defensa corporativa que rechaza las denuncias de corrupción del bando que sea.


 


Fomento


 


Circulan fuertes versiones acerca de que el gobierno introduciría modificaciones en la ley de Convergencia Digital metiendo mano en el Fondo Nacional de Fomento Cinematográfico.


 


Dicho fondo se compone con un 10% de la recaudación de las entradas de cine (que, por supuesto, los exhibidores cargan a los espectadores) y un canon que los medios de comunicación deben abonar por la venta de espacios publicitarios. El gobierno analiza eliminar este canon, el cual constituye más de la mitad del fondo nacional de fomento. Se trata de un mega-ajuste. En los pasillos del INCAA se comenta que Cacetta había prometido renunciar en caso de que se eliminase el canon.


 


Los capitalistas reclaman para sí la totalidad de los recursos estatales del fomento, ahora sin siquiera recaudar el canon.


 


Abismos


 


Nosotros sostenemos que no hay grietas sino verdaderos abismos. Por ejemplo, entre “la defensa irrestricta de la ley de Cine”, que nos condena a la designación de las autoridades del INCAA por el Poder Ejecutivo, y la elección democrática de la conducción del instituto por la Asamblea Permanente en defensa del cine. O entre el “Plan de Fomento” para la gran industria que diseñaron Cacetta y sus funcionarios desplazados, así como un verdadero plan de fomento al desarrollo de la creación cinematográfica independiente, discutido por realizadores, técnicos, actores y estudiantes.


 


Entre los funcionarios de ésta y cualquier otra gestión y los trabajadores del Estado, hayan sido designados por la administración que sea, media un abismo salarial equivalente a tres canastas familiares. Entre los mafiosos denunciados por corrupción y la apertura de las cuentas del instituto a los realizadores cinematográficos y los trabajadores del INCAA; entre los realizadores independientes que hacemos malabarismos para producir con escuetos presupuestos y las grandes productoras que con grandes presupuestos negrean técnicos y meritorios en jornadas interminables, hay una distancia como de acá a la China.


 


Los realizadores independientes, los estudiantes, los trabajadores del INCAA, los trabajadores de la industria cinematográfica necesitamos un programa propio para intervenir en esta crisis en defensa del fomento a la creación cinematográfica.