Cultura

27/1/2020

La directora de Radio Nacional Clásica persigue a trabajadores

Andrea Merenzon responde así al fuerte rechazo a su nombramiento al frente de la radio.

Hace unas semanas atrás, el Ejecutivo presidencial nombró nueva titular de Radio Nacional Clásica a Andrea Merenzon. La flamante directora cumple, hace años, el doble rol de fagotista de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y delegada gremial por Sutecba-estatales de CABA. Puertas afuera, también, es la cara visible de Fundecua, la organización que lleva adelante “Iguazú en Concierto”, actividades ligadas a diversas gestiones culturales. Fundecua asimismo fue, en el pasado, una de las organizaciones proveedoras de servicios artísticos para el Teatro Colón.


Estas actividades que muestran a la representante gremial también como proveedora de la patronal, sumado a su tibio accionar en todas aquellas cuestiones atinentes a impulsar mejoras laborales en beneficio de los trabajadores del teatro, le han valido el rechazo generalizado de los músicos de ambas orquestas residentes en el Teatro Colón.


En línea con tal situación, durante el pasado diciembre, una numerosa asamblea decidió realizar una votación que pusiera de relieve el repudio y el hartazgo de los músicos. Tan solo cinco votos mostraron el apoyo a la delegada, mientras que se contabilizaron casi cien votos con el objeto de repudiar su posición.


En un hecho inédito, y acusando haber recibido el golpe, la delegada y directora envió cartas documento a trabajadores de ambas orquestas, denunciándolos de haber atacado tanto a su persona, su imagen, buen nombre y honor, menoscabando asimismo su representatividad gremial. Como si fuera poco el contraataque que opuso, Merenzon utilizó como escudo haber sido víctima de violencia laboral, por su condición de género, al recibir expresiones de repudio a su accionar como delegada, vertidas por trabajadoras y trabajadores de las orquestas durante la asamblea y a través de un acto tan democrático como lo es una votación.


Cabe aquí hacer un punto, toda vez que Merenzon con su ofensiva no ha hecho otra cosa que demostrar dos cosas, por un lado, que se maneja con los parámetros intimidatorios más oscuros de la vieja política, como así también, la falta de compromiso con la lucha que el colectivo de mujeres viene dando en los últimos años, al utilizar maliciosamente y tergiversando, aquellas discusiones de índole laboral y gremial, que se propiciaron abiertamente y en su presencia en el marco de una asamblea, invocando una persecución y discriminación por su condición de mujer.


En ese sentido, su nombramiento en un cargo estatal de jerarquía, mezclado entre los de otras mujeres representantes del movimiento feminista, nada tiene que ver -en su caso- con el avance de la mujer en el terreno de la lucha por el aborto libre y gratuito o, de la lucha por la igualdad de oportunidades, impulsada entre otros por el colectivo “ni una menos´´, y sí tiene que ver en cambio, con las aceitadas relaciones de la delegada, soliviantadas a lo largo de los años, con todos los gobiernos nacionales, provinciales y municipales.


Tal situación de “privilegio” de Merenzon, se ve reflejada desde el respaldo que se infunde burocráticamente desde Sutecba, el evidente apoyo del titular del Sindicato Argentino de Músicos (SAdeM- Ricardo Vernazza) y hasta desde los medios de prensa, donde se la incluye dentro del grupo de mujeres luchadoras, cuando titulan, verbigracia: “La ola verde llega a los medios´´, en el marco de las designaciones a cargo de mujeres en medios como Nacional Folclórica y Nacional Rock, y a ella, en Radio Nacional Clásica.


No hay que perder de vista, que las intimidaciones impulsadas por la delegada gremial, a los fines de que los trabajadores cesen en su intento por hacerse escuchar y de ponerla en evidencia, se enmarcan en la serie de protestas por discusiones salariales y contra la precarización laboral que se vienen reflejando entre otros, en la última producción de “El lago de los Cisnes´´ y que dio como resultado, un concierto de protesta en las escalinatas del Teatro Colon.


Contra la persecución que sufren los trabajadores que se organizan y luchan, es necesaria más organización y más lucha.