Cultura

23/12/2010|1160

La muestra de Francisco Borghini

El 16 de diciembre se inauguró la muestra del joven pintor Francisco Borghini en el Centro Cultural y Político de Yatay, con la participación de casi cien personas.

La obra que presentó el autor, de tan sólo 23 años, se destacó por la variedad de recursos utilizados por el artista, y por la diversidad a la hora del abordaje estético del objeto elegido. En Unidad Socialista de América Latina, por ejemplo, se combina un estilo figurativo con rasgos del surrealismo, retratando las distintas expresiones de las mujeres de la región, en un abanico que abarca implícitamente las distintas formas de explotación que asume el régimen social contra la mujer y, por tanto, la necesidad de una emancipación de conjunto mediante un planteo de transformación social.

En otras obras como “Puerto Iguazú”, “Plaza Housay en Invierno”, “¡Tupaw!” (Sólo una idea), y “En El Bunker” predomina un estilo abstracto, aunque con matices entre sí. El primero está pintado al óleo en su totalidad, mientras que en el segundo se pueden apreciar trazos de lapicera, que le dan un carácter distinto a la composición del cuadro, casi geométrico. Todas esas obras reflejan experiencias personales del autor, donde expresa de manera subjetiva sus vivencias en aquellos lugares. El autor plantea, en ese aspecto, las experiencias personales como procesos contradictorios, complejos, es decir, que no pueden ser estructurados en una determinada forma o esquema, por tanto, plausibles de ser aprehendidos en una forma lineal.

Por otro lado, los cuadros Ivan y Renzo en pintada, “¡Tápalo!” y “Firma de Autor” reflejan ciertas características impresionistas, con un trazo difuso que plantean escenarios en movimiento, dinámicos. En el primero, el autor vuelve a poner sobre la mesa un planteo político de alto calibre: la juventud organizada que hace una pintada que reza “Ni Macri, Ni Kirchner”. Es decir, Borghini reivindica una juventud independiente porque su obra no puede estar “abstraída” de su propia acción militante. La preocupación de Borghini por mostrar una juventud despierta, activa, es sistémica a lo largo de su trabajo artístico. En “¡Tápalo!”, el autor pinta un “picadito” de barrio, con la pasión de la final del campeonato mundial. En “Firma de Autor”, el amamantamiento de un hijo por parte de su madre, se dota de un carácter expansivo, en desarrollo, a partir de la utilización de la técnica impresionista.

Una de las sorpresas de la muestra fue la escultura presentada por Borghini, Honduras Resiste, con una interpretación libre de la lucha del pueblo hondureño contra el golpe de Estado pro-imperialista. La escultura no sólo se destaca por su elevado valor y compromiso político, sino por la utilización de los más diversos elementos para su composición. Borghini logra con su escultura sintetizar la tensión, la pulsión de la lucha de un pueblo oprimido contra el golpe.

También hubo obras ya conocidas del autor, como la impresionante “La nave dei folli”, compuesto por nueve paneles que retratan cinco rostros, entre ellos el del autor mismo, en distintos niveles emocionales de una visión onírica, donde retrata un viaje colectivo de locura, expresión de la enajenación de las personas bajo este sistema. La fragmentación del cuadro en nueve partes es un planteo osado del autor para poner sobre la mesa el grado de alienación que pueden atravesar los hombres y mujeres en el capitalismo. El también impresionante mural “Al pueblo”, mezcla rasgos del muralismo latinoamericano y abstracción, aunque dejando entrever entre las hendijas las figuras del pueblo oprimido de todo el continente. O “Sabbat de Colegiales”, una reflexión personal del autor sobre sí mismo y su propia historia personal.

Previo a la muestra, el pintor realizó un video a modo de declaración donde realizaba una clara definición político-estética: “No importa qué es arte y que no. Ese es un debate estéril. El tema es que como toda actividad en el sistema, el arte tiene que dar ganancia”. “Todos los recursos de la cultura están en manos de una minoría”, dispara.
Pero lejos de caer en un planteo limitado a lo reivindicativo o restringido al campo artístico, a lo largo del video, Borghini denuncia el pago de la deuda externa, la destrucción de la educación -por tanto de la formación artística de los jóvenes-, y reivindica la lucha de los estudiantes, de los tercerizados ferroviarios, como una expresión del mismo proceso del que él mismo es parte: la lucha por la emancipación de la humanidad respecto de la explotación capitalista. Es la comprensión de que el arte solo podrá ser liberado en un nuevo régimen social, basado en las necesidades de los explotados, lo que funge como motor fundamental de la obra de Borghini.

La muestra, que se extenderá hasta el 30 de diciembre, deja sentadas las bases para el crecimiento todavía mayor de uno de los pintores, seguramente, más importantes de la actualidad.

Los cuadros adjuntos son: “La Nave dei folli” y “Los Boliches del Cerrito” (esta ultima obra no fue expuesta).