Una remera repleta de corazones y su rubia cabellera prolijamente atada contrastan con cicatrices que parecen incurables y una mirada penetrante. Herida pero firme. Así se para ante el mundo.

 

El 1 de enero de 2014 Karina Abregú llegó a un hospital público en busca de ayuda porque su marido, Gustavo Albornoz, la había prendido fuego. El hombre ya acumulaba unas 15 denuncias por violencia de género, por lo que esas quemaduras fueron resultado de los oídos sordos del Estado. 

 

Eso sí: con la carne viva fue otra cosa y ella logró iniciar un juicio por intento de homicidio agravado por el vínculo. En primera instancia lo perdió pero este año la justicia condenó al victimario a 11 años de prisión. 

 

El de Karina es un caso testigo de la consigna por la que marcharon miles de personas el 3 de junio de 2015. Con la bandera “Ni una menos” se visibilizó un problema que estuvo tapado durante décadas y es por ello que un retrato como el de Karina es el indicado para abrir el anuario de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra).

 

La entrada es libre y gratuita. Solo hay que acercarse de martes a domingos al espacio cultural ubicado en Posadas 1725 (Recoleta, Ciudad de Buenos Aires). Allí, además de esta nueva temática, se pueden ver fotos que resumen los principales hechos políticos, culturales y deportivos del último año: la despedida de Cristina Fernández de Kirchner en la puerta de Casa Rosada, el bailecito de Mauricio Macri en el “balcón de Perón”, la marcha tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, los aniversarios de crímenes como el de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, los 40 años de la última dictadura militar y la pobreza que azota tanto a los pueblos originarios como a los habitantes del conurbano bonaerense (donde algunos, incluso, hicieron carpas con gigantografías de los candidatos a presidente), las inundaciones y la represión. 

 

La lucha de los trabajadores, estudiantes y nativos. La alegría que dan el fútbol y la música. Todas las noticias del último año en manos de fotógrafos que tienen su propia lucha por los derechos de autor y la organización sindical. De eso se trata la muestra de Argra, un paseo obligatorio.