Cultura

5/10/2020

“Para que el tango sea nuevo hay que hablar de hoy”: charla con Daniel Ruggiero y Marisa Vázquez

El bandoneonista y compositor y la cantautora dialogaron en la radio de Músicxs Organizadxs sobre los tiempos de Pugliese y el presente, la organización de mujeres y contra la precarización en el sector.

Musicxs Organizadxs

Dedicada al tango, el viernes 2 de octubre tuvo lugar la 19ª emisión de la radio online de la agrupación Músicxs Organizadxs (MO).

Natalia Bazan, cantante y referente de MO, entrevistó a Daniel Ruggiero, bandoneonista, compositor y arreglador, y a Marisa Vázquez, cantautora. Ambos vienen de participar del Festival de Tango organizado por la agrupación, por la compensación económica mensual de 30.000 pesos para lxs trabajadorxs de la cultura, exención del pago del monotributo mientras dure la pandemia, impuesto a las plataformas digitales y circuito de música por streaming financiado por el Estado.

Hacer de Daniel

Mientras sonaba el tema “Osvaldo y Osvaldo” del Quasimodo Trío, que lo tiene al bandoneón y como compositor, Daniel Ruggiero se refirió a la situación actual que atravesian lxs músicxs y el sector de la cultura y en particular el tango, donde señala que hay pocxs músicxs con derechos ganados y la mayoría vive de tocar noche a noche, sin tener siquiera el monotributo. “La cosa está muy áspera y es necesario juntarse y conseguir algo para la gente que lo necesita y que no está contemplada en este sistema”, dijo y contó que su papá Osvaldo Ruggiero, bandoneonista de la orquesta de Pugliese, se jubiló de tocar en esa orquesta donde trabajó 28 años, y Pugliese le pagó lo que ahora es el monotributo. Era la época de las orquestas en los canales de televisión y la radio que ya no están, y que no fueron reemplazadas por otras posibilidades y derechos para lxs músicxs.

Al señalamiento de la entrevistadora de que “es hermoso ver cómo lo que atraviesa a cada unx de lxs músicxs se ve reflejado en su obra y su música”, Daniel respondió: “Totalmente. Eso es lo que me enseñó mi viejo, pero yo era un niño y no entendí hasta mucho después. Ellos eran auténticos con ese tango que hacían, eran ellos y si escuchás a la orquesta de Pugliese del ’40 es una, la del ’50 otra, la del ’60… Y luego mi viejo armó el Sexteto Tango, que es otra cosa completamente distinta”. Con esa trayectoria a sus espaldas, cuenta que “en un momento hubo que tomar una decisión y era: hago de Ruggiero B o hago de Daniel. Hice de Daniel”.

El músico dijo estar de acuerdo con que con el tiempo uno va cambiando, y que el tango tiene el valor de reflejar las músicas de las cuales uno se nutrió. Y apuntó: “para que el tango sea actual hay que hablar de hoy, si hablamos del tranvía estamos 50 años atrás, salvo que sea una metáfora”.

Natalia contó que Pugliese fue uno de los impulsores del Sindicato de Músicos junto a otrxs tanguerxs como Salgán, sostuvo a les músiques como trabajadores y propició al cooperativismo que muchos jóvenes tomaron como bandera y legado para hacer su música independiente y autogestiva, y que Músicxs Organizadxs está en la lucha por recuperar el sindicato. En ese sentido, Daniel expresó que antes el Sadem era un lugar de reunión, de charla y debate, donde había trabajo; pero que él hace 20 años que se dedica al tango y nunca lo ha sentido como un espacio propio donde canalizar problemáticas y tampoco a Sadaic. Apuntó que en las oportunidades que se efectuaron los festivales de tango de Almagro, los que lo llevaban adelante eran lxs músicxs: desde cuestiones técnicas hasta el buffett.

Para el bandoneonista, si bien lxs músicxs no son trabajadorxs esenciales, también hacen funcionar la economía del país. Y, remarcó, “también es una estrellita en la bandera: cuando se va afuera se lleva un bandoneón, un charango, un disco de tango, la gente viene masivamente a ver tango y lxs músicxs”. Sin embargo, estxs “no tienen ninguna calificación en el mercado laboral y poca en la sociedad, como artista y laburante”.

También se refirió a la importancia de que la valoración hacia el músico no llegue después de la muerte, y de esa manera contó que su padre murió siendo un héroe pero en los últimos años de su vida había poco trabajo, no había casas de tango, hacía algunos trabajos para FM tango: “un tipo que tocó con Pugliese todas las noches, hizo giras, y terminar tocando alguna vez de favor… no da”.

Contó que en la orquesta de Pugliese el dinero se repartía como una cooperativa, y había una bolita negra: mientras más laburo se hacía, más bolitas y más dinero en la repartija. Pugliese estuvo preso por comunista y Ruggiero dirigía la orquesta y se ponía un clavel sobre el piano. Cuando salió Pugliese hicieron una reunión y Ruggiero cobró más que Pugliese, por haber dirigido.

En cuanto a las funciones del músico, señaló que es necesario que el tiempo y el esfuerzo estén valorados. Hay muchas funciones que llevan adelante lxs músicxs. Antes se ensayaba y se grababa el disco, luego venía RCA Victor y hacían todo lo demás, ahora el músico debe encargarse de toda la producción, la prensa, el lugar para presentar el disco.

Para concluir, contó que cuando se declaró la pandemia estaba grabando una música que será parte de un disco que hará para bandoneón solista con orquesta, y que sigue dando un taller de composición.

Luchar por un ambiente igualitario

Para presentar a Marisa Vázquez, Natalia eligió el tema “Zavaleta” del disco Arde, que está en el documental Ni Un Pibe Menos y se refiere a la historia de Kevin. Es un trabajo de un contenido político potente, tomando aquel caso de gatillo fácil que pone de relieve la miseria del sistema capitalista, al tiempo que marca una perspectiva feminista.

Marisa marcó la importancia que vía, como autora, en recibir una valorización de su obra, “no por una cuestión de ego, sino porque son historias actuales, pudiendo ser la voz de los que no se pueden subir al escenario, y hacen empático al público con una realidad que no se conoce”. En ese sentido, refirió que atrás de eso hay poetas y compositores nuevos y que el mercado del tango ha quedado atrasado y “viéndose en los premios Gardel”, que según ella debieran de dividir las categorías en tango clásico y tango nuevo.

En relación con esto, apuntó que las versiones de la época de oro del tango “son incomparables” pero “el arte es hacer algo nuevo y que sea superador. Podemos vestirnos de milonguita para una casa de tango, para los gringos, pero cuando hacemos un tango actual, vivo es un tango más de zapatillas que quiere llegar a la gente y no ser el ghetto de músicos aristocráticos, imitando a la época de los guapos o el farolito a querosén”. Y agregó que “hay que valorar esta nueva obra porque nosotros vamos a dejar un registro de lo que pasaba en estos años cuando no estemos (…) sin renegar de ese lugar que venimos que son los clásicos que amamos y con los que nos hemos hecho”. Concluyó que es más fácil cantar los hits que son aplauso seguro y se pasan en la radio.

Natalia señaló que el tango nuevo, con nuevas temáticas, que no se conoce y no se le da difusión, está emparentado con situaciones de precarización laboral, donde lxs músicxs terminan teniendo otros trabajos. En ese sentido, la entrevistada señaló que “obviamente lxs músicxs somos trabajadorxs pero estamos tan precarizadxs que tenemos que tener otros trabajos extras para solventar nuestros gastos” y que “es un trabajo irregular y no hay un espaldarazo a la generación intermedia para acceder a los lugares que ocupan el Negro Lavié o Susana Rinaldi y otras figuras (…) Hay gente super talentosa que es necesario que se la reconozca, por ejemplo siendo teloneros de las grandes figuras, o que se las difunda”. Planteó la necesidad de estrategias que se tendrían que implementar, a nivel de las compañías pero ante todo desde políticas de Estado.

“Muchas veces quedás afuera porque te aburres de gastar plata en un disco que es una fortuna, hacer la gráfica, videos, redes, invertir mucho tiempo, y la ganancia no existe. Entonces es importante la unión de estos nuevos colectivos que han surgido en el tango”, expresó Marisa en relación al proceso creciente de organización en el sector.

Ella participa del colectivo Tango Hembra, desde hace cuatro años, con músicas de la nueva generación. Hay muchos colectivos que van apareciendo y se efectúan asambleas multisectoriales, de músicxs, bailarinxs. Señaló que la cuestión es el trabajo grupal y no perder de vista eso por lo personal o lo partidario. Sobre su experiencia, relató que “hemos trabajado muchísimo con Tango Hembra, hemos ido a la 2×4, pedido reunión con la Asamblea Nacional del Tango, fuimos declaradas de interés cultural, llevamos adelante dos festivales feministas, estamos dando charlas y conversatorios entre nosotras para hablar del tema del feminismo y la música, participamos de la Red Truena, transfeminista de trabajadoras de la música que abarca todo el país y está conectada en toda América Latina”.

Marisa se declara una cuestionadora del ambiente de la música, en donde hay pocas mujeres. Lo mismo sucede en las orquestas, lo cual sería importante revertir por los derechos sociales que puede conquistar una mujer para sus hijos. En cuanto a la ley de cupo femenino en la música, marca que después de su logro es menester supervisar para que se cumpla y se contemplen las franjas centrales. La otra cuestión que marcó como necesaria es conseguir una radio nacional de tango y no depender de la Radio de la Ciudad, que no se ocupa de difundir al nuevo tango.

Con respecto a sus actividades musicales, contó que tiene un disco nominado a los premios Carlos Gardel y está convocada para realizar un streaming en vivo en el CCK en homenaje a Nelly Omar.

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