El año pasado, al calor de campaña electoral del Frente de Izquierda, se formó el Frente de Artistas, un reagrupamiento de artistas comprometidos con los tiempos que corren. Frente a la catástrofe que implica la bancarrota mundial capitalista, se hacen cargo y toman partido por luchar por una salida anticapitalista y socialista.

Defender la libertad y la independencia en la creación artística implica luchar contra el sistema social que cosifica al ser humano y su arte, lo que condena a las mayorías a una miseria creciente, a la enajenación material y espiritual.

Este rescate del capital no avizora salida que no sea una mayor penuria social, mayores confiscaciones e incluso matanzas y guerras. Los pueblos del mundo están resistiendo, así también proliferan las voces que desde la cultura y el arte enfrentan esta barbarie. El desafío del Frente de Artistas es potenciar un fuerte reagrupamiento de los artistas, su organización militante, su intervención activa en la lucha en el campo de los explotados y organizando, a su vez, la lucha por sus propias reivindicaciones. El Estado capitalista -en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal)- busca desarrollar ‘industrias culturales’ para el capital a costa de precarizar al artista, liquidar sus manifestaciones independientes y encarecer el acceso a los bienes culturales a la población. Ese es el sentido de las ‘leyes culturales’ del gobierno Kirchner, las que subsidian a los capitalistas y con sus migajas apuntan a la cooptación de las organizaciones sindicales de artistas o personalidades. Esta ‘cooptación húmeda’ de artistas famosos por parte del gobierno llevó a una delimitación de parte de quienes enfrentaron tanto la cooptación como el ‘relato’ oficial y sus ‘tutores’, por lo que han confluido en el Frente de Artistas.

Otra manifestación de la política oficial es la ‘autarquía’ capitalista de los teatros públicos -votada por macristas, radicales, ibarristas y kirchneristas. Esa política comenzó en el teatro Colón, pero ahora se está aplicando en el Centro Cultural San Martín, donde para avanzar con su privatización movilizaron a la Metropolitana y la patota de la ex Ucep, para eliminar, precisamente, la ‘autogestión’ genuina por parte de los artistas de la Sala Alberdi.
Cada vez más jóvenes se orienten a la búsqueda y la inclinación artística, como lo demuestra el explosivo crecimiento en las carreras de formación artística. Pero éstas, a su vez, sufren la presión de ser transformadas en un negocio (Iuna-San Fernando) o en formadoras de mano de obra precarizada para las industrias culturales (Idac), lo que provoca la rebelión de los estudiantes.

El Frente de Artistas agrupa naturalmente a artistas y trabajadores de la cultura, pero se dirige a las más amplias masas. Su mensaje se propaga en el público, en particular en los jóvenes y en los trabajadores, a quienes queremos aportar en la lucha militante por una reorganización social sobre nuevas bases. Agrupar a los artistas e intervenir en el plano nacional -e incluso internacional- es el desafío que tenemos planteado: una organización de artistas militantes por una salida anticapitalista, revolucionaria y socialista. El 24 vení al plenario, sumate, que esto ¡recién empieza!