Cultura

18/2/2015|1351

Poema sin nombre


Voy a escribir un poema


que no te nombre.

Voy a escribir un poema

que no exista.

Voy a escribir con tus manos

para verte.

Voy a creer que te escribo.

Voy a escribir un silencio

que no te olvide.

El arma de mi poesía

será tu ausencia.

Voy a escribir un lugar

que no escape.

Voy a pedirte que me escribas.

Las manos de los árboles

se tienden como héroes

en su albedrío inmóvil.

Abrir la llave del mar

y arrastrar el incendio.

O matar.

Obedecer al fuego.

La mañana se secó.

Las hojas

que alfombran el suelo

se mueven como autómatas.

No hay viento.

Las ilusiones se rompen contra los vidrios.

Una luz se enciende

lejos de la idea.

Quiero mover los pies.

Los pies no.

Los movimientos.

En las campanas de la iglesia se adivina

una conciencia metafórica.

Brilla el bronce

brutal

contradictorio.

El sonido lo lustra. No es

religiosa

su vocación de servicio.

El altruismo escapa

de los metales.

Con seguridad

aferrando la palanca con

mano de hierro

se abre la noche a los sentidos.

El silencio es un país

densamente poblado.

La máquina

que maneja en la escena

las esferas pitagóricas

descorre el velo

del corazón.

A cada latido

la titilancia de una estrella.

La sangre es negra

como el cielo.

Voy a ser una bestia

de la mitología.

Voy a inhalar mi veneno

porque herido de muerte

seré veraz.

Y no habrá nadie

que pueda

contradecirme. Nadie

que me rebaje

a lo quede de mí.

Voy a escribir un poema

que no te nombre.

Un poema sin vos.

Sin tu bandera.

Voy a escribir sin señales.

Ni pérdidas de aliento.

Voy a escribir sin palabras.

Voy a escribir un poema

que no te nombre

porque tu nombre es el cielo

que hay que ganar.

Partiste hacia un lugar

donde el cuerpo no hace falta.

Un lugar sin forma

ni distancia.

Las fronteras del lugar

son la ausencia de su tierra.

No es la nada.

Ni el vacío.

Es un lugar donde abundan

los sonidos

que no han logrado vivir.

Voy a escribir un poema

con la vergüenza de bandera

y en el puño la tumba

de las palabras.

Voy a escribir un poema

en tu nombre.

En el silencio anterior a Dios

voy a nombrarte en el vacío.

Voy a escribir un poema

anterior a la escritura.

Voy a escribirle a la muerte

para que vuelvas.

Eduardo Mileo


A los 43 estudiantes mexicanos de Ayotzinapa.

A Luciano Arruga.

A Walter Bulacio.

Contra el genocidio homeopático de la democracia burguesa.

A Mariano Ferreyra y, en su nombre,

a todos los que han muerto en la lucha por el socialismo.