Cultura

31/1/2008|1025

Rechacemos la cooptación del INCAA

Ojo Obrero


La conformación de DOCA, hace más de un año, significó un paso fundamental para los documentalistas ya que definió por primera vez las reivindicaciones del sector frente al Estado. Asambleas y movilizaciones fueron la marca de un proceso de lucha que conquistó el reconocimiento del documental independiente, la aceptación de las películas en digital y la asignación de subsidios para 40 proyectos documentales al año de hasta 120.000 pesos. Este logro, que a la luz de los grandes negocios del cine industrial resulta mínimo, es estratégico.


Desde su obtención, el ataque hacia Doca desde el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), desde la industria y desde la prensa asociada a sus intereses ha sido sistemático. Ambito Financiero y La Nación estigmatizaron a Doca como "los piqueteros del cine", al tiempo que un conjunto de "asociaciones de documentalistas" fantasmas atacaron a Doca por su "escaso profesionalismo".


Doca, mayoritaria entre los documentalistas, ratificó en sus asambleas un "camarazo" frente al INCAA exigiendo un jurado representativo para evaluar los proyectos conquistados por su lucha. Las maniobras para desmontar la movilización llegaron al extremo de entregar una resolución del INCAA, que aceptaba las demandas de un jurado confiable, para luego cambiarla por una conformación que dejó a nuestra asociación en minoría.


Los intentos por cooptar una parte de la dirección de Doca estuvieron presentes desde el inicio. El funcionamiento en asamblea garantizó las medidas de lucha pero no pudo impedir una división en la Comisión Directiva, que se hizo pública un mes antes de su renovación. El Ojo Obrero planteó la necesidad de consagrar una lista unitaria elegida en asamblea, reivindicando lo realizado hasta el momento. Un sector de la CD rechazó cualquier acuerdo y comenzó una campaña macartista para invalidar las asambleas por "minoritarias", a pesar de que suelen reunir al 50 por ciento de los asociados de Buenos Aires; este sector conformó la Lista 1.


La Lista 1 repudia la movilización por "extorsiva" o por ser "peticionismo estéril" y plantea "políticas conjuntas con el Estado (INCAA), con ONG y con empresas privadas". Toda una definición. La presión del Estado se evidenció en la fractura.


En este contexto se constituyó el Frente Raymundo Gleyzer (Lista 2), formado por realizadores independientes y por la mayoría de los colectivos de cine militante, con un programa de independencia política frente al Estado, reivindicando los métodos de lucha y asamblea, y trazando una caracterización de la situación del cine nacional.


En las elecciones, la Lista 1 obtuvo 43 votos; la Lista dos, 32. Hubo 13 votos en blanco, los partidarios de la cooptación resultaron ser minoría. Contraimagen (PTS) llamó a votar en blanco; otra muestra del divisionismo de un aparatito de intrigantes que dice querer un partido de trabajadores.


La última asamblea ratificó la realización de un Encuentro Nacional de Doca en marzo para profundizar las discusiones y para definir una posición de los documentalistas frente a la crisis del cine nacional y frente al Estado. El debate recién comienza.