Cultura

5/11/2014|1339

Romper la burbuja

Acerca de Casa Grande


Jean está terminando la secundaria, eligiendo carrera y buscando novia. Pertenece a una familia de la alta burguesía de Río de Janeiro en bancarrota económica, ya que su padre se encuentra envuelto en una serie de fraudes financieros, sin empleo y perseguido por acreedores. Atravesado por diversas crisis (económica, etaria, de valores y de modelos), luego de que el padre despida a su chofer y amigo, Jean viaja en ómnibus público por primera vez y conoce una chica de otra clase, que parece encender una luz en medio de la confusión.




Casa grande or the balad of poor Jean (dirigida por Fellipe Gamarano Barbosa, Brasil, 2014) es la tercera película del destacable ciclo “Encuentros con el cine brasileño”, que ya entregó anteriormente las recomendables Avanti popolo y Sonidos Vecinos (ya comentada en Prensa Obrera N° 1332). Lamentablemente, son obras que sólo pueden verse un par de semanas en el Cine Gaumont.




Lo que más sobresale de Casa grande es su calidez, porque se trata más de una comedia que un drama, a pesar de que la situación que recrea es triste y de decadencia. El realizador sabe ver el costado absurdo y nefasto de la clase social a la que retrata, al mismo tiempo que tenemos la sensación de conocer desde siempre a los seres que pueblan este film. Prácticamente todos los personajes portan una gracia natural. Incluso el padre, un tipo manipulador, invasivo y mentiroso, no carece de humanidad.




La película tiene algunos problemas y cae en estereotipos. El noviazgo del joven es resuelto de forma torpe y brusca (merecía otra resolución). A pesar de sus limitaciones políticas (el film defiende explícitamente a las políticas “inclusivas” del PT, en especial en el área educativa), estamos frente a una película honesta de un adolescente que tempranamente se da cuenta de la hipocresía que lo rodea y se abre a un mundo nuevo y nuevos valores.