Cultura

14/7/2011|1185

Un homenaje… a la regimentación del pensamiento

Lilia (Círculo de Artistas Plásticos)

Luego de haber ocupado las instalaciones del Palais de Glace durante casi dos meses, la muestra oficialista “Homenaje al Pensamiento y al Compromiso Nacional” fue reinaugurada el 5 de julio en el Teatro Argentino de La Plata. Concebida por Pepe Albistur, ex secretario de Medios, alberga una serie de producciones donde el ideario K se expresa sin ningún eufemismo.

La muestra no consigue asumir el carácter de una exposición artística. Se trata más de una muestra de diseño de corte propagandístico a pedido, que evoca indefectiblemente la estética 6,7,8; y que sobre todo revela la incapacidad del kirchnerismo de generar una producción cultural genuina que escape al aparato.

Mediante esta maniobra, el kirchnerismo intenta operar a dos niveles: elaborando una síntesis del proceso histórico a conveniencia y reivindicando el ideario político peronista, del cual se asume como heredero.

“Ayuda memoria y algunas misceláneas mundiales”.

Esta, una de las obras más salientes -no sólo por sus dimensiones, sino fundamentalmente por la grotesca operación que se propone-, consiste en una línea del tiempo que se inicia en 1880 y llega hasta la actualidad, planteando un proceso histórico que redunda en omisiones. Las referencias al movimiento obrero del primer centenario brillan completamente por su ausencia. No figuran aquí indicios de clase obrera hasta octubre del ‘45. El Cordobazo aparece reducido a “una protesta obrero estudiantil” sin más, ocultando su magnitud y su naturaleza clasista. Una suerte parecida corre el Rodrigazo, liberando a la “estética k” del aprieto de explicar cómo un gobierno tan nacional y popular aplicó el ajuste más violento hasta entonces vivido por la clase obrera argentina. Finalmente, y en consonancia con el resto de la obra, el kirchnerismo es presentado como el más fiel heredero y exégeta del 20 de diciembre de 2001, mentor de la “posterior” politización de la juventud.

Mediante esta exhibición el kirchnerismo no sólo pretende oficializar su lectura de la realidad, haciendo una tala del proceso histórico, sino que además intenta presentarse como el heredero de la tradición peronista, reivindicando el pensamiento político de una de las derrotas más grandes de la clase obrera y del “campo popular”. Se trata de un pensamiento cuyo contenido lo conforma y lo conformó la sumisión política de los sectores populares a los proyectos de la burguesía nacional, desarmando así políticamente a la clase obrera, y que derivó finalmente en el golpe militar de 1976.

El intento de encorsetar el pensamiento político del pueblo dentro de las necesidades de la burguesía aparece como un operativo político y artístico de bajo vuelo. La independencia política de la clase obrera y el pueblo es el terreno más fecundo para un arte libre, agudo, crítico, que desnude las miserias políticas de los poderosos y los gobernantes de turno.