El nuevo documental de Ernesto Gut, “Una historia de Madres”, que acaba de presentarse en el cine Gaumont, retoma la historia de los 40 años de lucha desde la mirada de integrantes del movimiento que no fueron cooptadas por el kirchnerismo, quienes explican, con total lucidez, las crisis y delimitaciones que produjeron los gobiernos K.

 

Colocadas con justicia como principales protagonistas del documental, donde cuentan su propia historia, las portavoces de la narración son Nora Cortiñas, Elia Espen, Mirta Baravalle y María del Rosario Cerruti.La historia recorre los 40 años de las rondas de Madres en Plaza de Mayo, que ahora se cumplen, y que se iniciaron en 1977, en medio del terror de la dictadura genocida. Es también un homenaje a las fundadoras del movimiento -algunas de ellas secuestradas y asesinadas, como Azucena Vilaflor y Ana María Careaga-, que se fue conformando por una sumatoria de madres que golpeaban sin respuesta en las puertas de la Casa Rosada, los cuarteles, los juzgados y la Iglesia.  

 

En la voz de las Madres aparece claramente denunciado el papel cómplice con la dictadura por parte de la Iglesia, que acompañó la tortura, los asesinatos y el conjunto de la ofensiva antiobrera y antipopular del videlismo. Incluso de algunos sectores seudoprogresistas, como monseñor Jorge Novak, Obispo de Quilmes, que negó toda ayuda y hostigó de mil maneras a las Madres que entonces se instalaron en la Catedral local para reclamar por sus hijos.

 

Un valor agregado de la historia es que recupera el papel de padres en la lucha por la aparición de sus hijos. Recuerda que varios de ellos fueron secuestrados junto a las madres luego de la históricamente conocida reunión en la iglesia de la Santa Cruz, en la que el asesino Alfredo Astiz los marcara para que fueran desaparecidos y asesinados.

 

En el documental, en el cual aparecen otros protagonistas de la época, como el “Sueco” Carlos Lordkipanidse , Adolfo Pérez Esquivel, Herman Schiller y Osvaldo Bayer, ondean en una marcha las banderas de Política Obrera y de la Unión de Juventudes por el Socialismo, en una muestra de la participación militante de nuestro partido en las épocas más duras de la dictadura militar.

 

Finalmente, un aspecto nada menor, es que aparecen dando su testimonio la madre y la hermana del soldado Alejandro Ledo y un ex detenido-desaparecido de La Rioja que denuncian y desenmascaran al kirchnerismo a partir del nombramiento como jefe del Ejército de César Milani, a quien todos habían denunciado por la participación que tuvo en el secuestro del conscripto y del protagonista y su padre.

 

Es para destacar la calidad estética y técnica del documental de Gut, lo cual es particularmente valorable porque fue realizado con escasos recursos, montado sobre la prepotencia de trabajo del realizador, que también es coautor de “40 Balas–El Caso Fischer-Bufano”.

 

Presentada sin voz en off, es decir sin explícita opinión del autor, la misma no sólo se manifiesta en la elección de las protagonistas de la película, sino también por la reivindicación explícita que realiza de quienes no sucumbieron a las mieles del poder K. Ese es un valor diferencial del nuevo documental de Ernesto Gut, “Tuta”.