Cultura

2/8/2020

“Yo, adolescente”: un retrato de la juventud post Cromañón

La pandemia y la cuarentena pusieron un parate a los estrenos de cine; sin embargo, son varias las películas nacionales que decidieron lanzarse vía streaming. Una de ellas es, Yo, adolescente, que se ha transformado en un suceso gracias al “boca en boca”, llegando a más de 70 mil espectadores desde su lanzamiento el 23 de julio en plataformas digitales y por el canal de cine nacional Cine.ar.

El film de Lucas Santa Ana se basa en un libro homónimo y autobiográfico de Nicolás Zamorano, y está protagonizada por Renato Quatordio y Malena Narvay, con un elenco formado también por jóvenes actores.

La historia se centra en el personaje de Zabo, un adolescente hijo de una familia trabajadora de Capital Federal, que transcurre todas las diatribas propias de la edad en el contexto socio cultural post Cromañón. La película, de hecho, toma ese episodio como punto de partida de la historia; la búsqueda de espacios físicos de esparcimiento es una constante en la trama, poniendo de manifiesto la privatización de los lugares de recreación que afectaron a público y artistas por igual luego del 2004.

El otro tópico que aborda Yo, adolescente es el del despertar sexual  y como este recorre la vida de la juventud. Si hoy la Educación Sexual Integral es bandera de lucha de la juventud que se organiza, quince años atrás ni siquiera estaba en la agenda educativa, y así lo demuestran las situaciones que atraviesan los protagonistas, desde relaciones violentas, el trato del propio cuerpo, la estigmatización de la diversidad sexual y la falta de conocimiento sobre la anticoncepción y la salud sexual en general. Evidentemente todas estas falencias y situaciones prepararon el terreno para que hoy la ESI sea una demanda elemental en el terreno educativo y para el conjunto de la sociedad.

La aparición de las primeras “redes sociales” como fotolog y los blogs atraviesan toda la historia. Desde allí el personaje principal cuenta su vida a otros de su edad, para dar cuenta de que no es el único “que vive esto”. “Esto” es la adolescencia en sus máximas expresiones: amoríos y desencuentros, amistades, escuela y padres, las relaciones conflictivas que se articulan alrededor de estos ámbitos es la columna vertebral de la película.

Todos estos elementos configuran una realidad que no es mencionada, pero que es importante tener en cuenta por los años en que se desarrolla el relato. No solo se trata de la juventud post Cromañón: también es la que vivió de lleno en su pubertad el Argentinazo del 2001 y la crisis económica que lo desató; de allí se prohijó la precarización del conjunto de los ámbitos de inserción de la juventud, aquí solo se menciona el relativo a la recreación.

Con gran cantidad de referencias generacionales, desde la música de Boom Boom Kid y Árbol hasta la tecnología de la época, y el abordaje de temas sensibles, la película configura el retrato de toda una generación que generará nostalgia para cualquiera que tenga entre 25 y 35 años. y tocará de lleno las emociones de todo espectador.

Sin pretensiones de hacer una lectura cinéfila avezada, podemos decir que Yo adolescente es la demostración de que el cine argentino tiene buenas historias para contar y un público dispuesto a consumirlas, a pesar  del desfinanciamiento sistemático por parte del Estado de una industria cinematográfica nacional que involucra a unos 200 mil trabajadores.