Educación

2/10/2018

Clarín contra los docentes de Moreno

Un editorial plagado de mentiras, omisiones y provocaciones.

El día en que se cumplen dos meses de las muertes evitables de Rubén Rodríguez y Sandra Calamano y la comunidad educativa de Moreno protagoniza una Caravana por Justicia de una decena de cuadras, el editorialista Ricardo Roa aporta a la campaña macrista contra los educadores con un relato del conflicto cargado de omisiones, mentiras, provocaciones y cinismo a cuenta del gobierno de María Eugenia Vidal.


Bajo el título “Locademia docente en Moreno”, sin exhibir prueba alguna, Roa asegura que la crisis de infraestructura –en particular, la falta de soluciones ante el escape de gas que Sandra denunció hasta el hartazgo– “no fue lo que causó la tragedia de agosto”, sino la irresponsabilidad del gasista –sin mencionar que el Consejo Escolar al mando del macrismo le encomendaba tareas pese a tener la matrícula suspendida y no contar con la habilitación correspondiente. El que el estallido en la n° 49 se haya producido minutos antes de que ingresen los chicos a las aulas, como han denunciado los que luchan, le vale a Roa la reflexión de que “pudo ser una catástrofe” -no así la muerte de dos trabajadores.


El escriba busca exonerar al macrismo y, en particular, a María Eugenia Vidal de su responsabilidad en los desmanejos del Consejo Escolar de Moreno. Roa dedica varias líneas al régimen de corrupción comandado hasta hace un año por el kirchnerismo. Sin embargo, pese a que el gobierno de Vidal tiene intervenido el organismo desde entonces, señala que “la plata siguió en manos del tesorero, cristinista”. No le parece necesario mencionar que funcionarios del interventor puesto por el macrismo, Sebastián Nassif, fueron registrados robando documentación del Consejo, como denunciaron los docentes del distrito.


Repudiado por la movilización popular, imputado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, Nassif renunció en agosto, con la expectativa de eximir de culpas por la explosión a sus jefes políticos. Nassif fue un operador del ministro de Educación bonaerense Gabriel Sánchez Zinny y de la propia Vidal. Roa apunta los “15 millones por año” que recibía el Consejo, encubriendo que la política de Sánchez Zinny-Vidal-Nassif fue la de paralizar el Consejo para no utilizar los fondos disponibles. La explosión es la consecuencia de este ajuste sobre la educación, que Clarín busca disfrazar y que se profundizará con el Presupuesto 2019 ordenado por el FMI y acordado con los gobernadores. Basta remitirse al texto del proyecto, donde “las partidas para Infraestructura y Equipamiento caen un 69% nominal y un 77,1% real” (La Nación, 1/10).


Roa agrega algunas mentiras lisas y llanas. Asevera que tras la caída de Nassif “el Consejo es tomado por activistas”, cuando lo que existe es un acampe fuera del organismo, para evitar que siga la sustracción de expedientes. Sobre la suspensión de clases hasta tanto no se garanticen condiciones adecuadas para que ningún trabajador o alumno esté en peligro, afirma que “no creen necesario llamar a nadie que sepa del tema ni pedir ningún estudio técnico”. ¡Eso es lo que se reclama, y el gobierno no cumple, desde hace 60 días! La responsabilidad por la pérdida de clases, que Roa imputa a la docencia, recae enteramente sobre Vidal y Sánchez Zinny. Tras ello, el escritor se sube al tren de ataques por la despedida de una docente en una de las escuelas paradas: “Han perdido el sentido: no abren las puertas para enseñar y las abren para bailar cumbia. Una obscenidad”. Para el sentido ético-estético de Roa, la docencia tiene que ir a dar clases con riesgo de accidente o muerte, y hacer estricto silencio.


El empleado de Magnetto pone en duda las denuncias de la maestra Corina De Bonis sobre su secuestro y tortura, se olvida de que hubo un incendio intencional en una escuela en lucha e ignora las denuncias de amenazas y aprietes que han hecho los docentes. Encubre que Moreno se ha convertido en una zona liberada contra ellos, y que el marco de estos ataques son las constantes invectivas de Vidal y sus funcionarios para que “vayan a dar clases”, “dejen de hacer política” y demás. Con su texto infame, Roa hace su aporte a este clima de guerra antiobrero.


Y lo más importante, Roa pasa por alto que suman casi un millar las escuelas bonaerenses que permanecen cerradas por no reunir las condiciones de seguridad elementales.


La docencia sigue luchando.