El Ministerio de Educación de la provincia a cargo de Walter Grahovac ya publicó un borrador de protocolo y una propuesta de vuelta a clases presenciales en las escuelas de la provincia.

Como adelantamos en notas anteriores, es completamente impracticable. Desde el vamos, el protocolo habla de higiene personal, alcohol en gel, tapabocas y distanciamiento. La realidad nos enfrenta a baños de alumnos y docentes sin mantenimiento mínimo, sin jabón (¡y mucho menos toallas descartables!) una provisión de alcohol en gel y elementos de bioseguridad. Justamente el kit de sanitización recién el viernes 12 y sábado 13 de febrero comenzó a entregarse en algunas escuelas y es totalmente insuficiente.

Es muy importante destacar que en el punto B.3.1 Disposiciones, se pretende la presentación del carnet de vacunación (el nivel de cinismo es descomunal, teniendo en cuenta que aún no se ha terminado de vacunar con la primera dosis a una gran cantidad del personal de salud). Este párrafo seguramente tendrá modificaciones, lo que resulta más viable antes que garantizar la vacunación de la población.

La presencialidad intenta ser impuesta con una inocultable improvisación y cinismo por gobiernos que ya cargan en su haber el costo de la crisis social que produjeron sumado al fracaso de la educación virtual.

Uepc (sindicato docente) se expresó en un comunicado enfatizando que en aquellas escuelas en las que no haya garantías para el cumplimiento del protocolo, no habrá actividades presenciales. En ningún momento se exige el cumplimiento por parte del Estado de las condiciones mínimas para asegurar que las escuelas funcionen en pandemia; tampoco, para garantizar el eventual cursado virtual. Toda la presión recaerá sobre las y los directivos, quienes la trasladarán al conjunto de la comunidad educativa. De este modo, la conducción celeste de Juan Monserrat, en lugar de convocar la docencia para que de conjunto establezca las condiciones necesarias para una presencialidad segura, deja librado a su suerte a cada establecimiento.

En este escenario, el descontento, la deliberación y la movilización empiezan a crecer entre la docencia; con el avance de los contagios y con escuelas sin mínimas condiciones para dar clases, se extenderán al conjunto de la comunidad educativa. Principalmente, en el sector estudiantil que tiene grabado en su pasado inmediato la toma de colegios como el método más efectivo para revertir la desinversión.

El masivo plenario de docentes junto a la oposición que deliberó el viernes 12, estableció un camino para poder organizarnos de conjunto, imponer asambleas a la Uepc y conquistar el pliego de reclamos. Debemos realizar asambleas resolutivas en todas las escuelas en las reuniones del 17, 18 y 19 previas al inicio de clases para fortalecer ese programa y el próximo 24, preparemos una movilización hacia el Ministerio de Educación.

El 20 y 21, vamos con todo al Congreso Nacional de Tribuna Docente.