El lunes 30 de mayo, estudiantes del Instituto Superior de Educación Artístico Musical Domingo Zipoli tomaron el establecimiento donde funciona la histórica escuela de Niños Cantores de Córdoba. La medida se establece para enfrentar el ataque de magnitud que sufrió la comunidad educativa, luego de que se aplicara el decreto 257/19 y la reforma del Estatuto Docente (Ley 10.729), aprobada por la Legislatura de Córdoba en 2020, en plena pandemia.

Esta reforma precarizadora del trabajo docente recorta el alcance de los títulos de los futuros egresados y los inhabilita a ser docentes de música con carácter titular, cuando antes sí podían. Para que se tenga una cabal idea de los perjuicios que impone la reforma, hay que decir que un/a egresado/a del Zipoli, cuyo título antes lo habilitaba para dar clases en el nivel primario, secundario, terciario y universitario, ya no podrá hacerlo con carácter titular, solo de manera precaria (suplente o interino).

La vasta trayectoria de 14 años de formación musical, con prácticas docentes, ahora es desechada de un plumazo por el Ministerio de Educación que encabeza Walter Grahovac.

El ataque recae sobre toda la docencia de nivel secundario que se vio, de un día para otro, imposibilitada de titularizar horas en materias que antes podía, solo porque el alcance de su título no es docente.

Quienes designan ese alcance son los funcionarios del Ministerio de Educación que conforman la Unidad de Alcance de Títulos, un organismo creado por el gobierno para intervenir de facto la Junta de Clasificación secundaria, que actualmente no tiene ningún poder de decisión. La modificación del Estatuto Docente se diseñó en las oficinas del sindicato Uepc. De este modo, gobierno y sindicato abrieron paso a la reforma laboral en educación.

La toma del Zipoli se inscribe en una trayectoria de lucha de la docencia autoconvocada, que rechaza la reforma precarizadora del estatuto y se ha movilizado junto a docentes de los distintos niveles y modalidades bajo la consigna “La lucha es una sola”, en alusión a todos los ataques a las condiciones laborales que venimos padeciendo por parte del gobierno de Juan Schiaretti. Particularmente en el Zipoli, previo al desenlace de la toma, hubo asambleas, manifestaciones y concentraciones artísticas frente al colegio donde se le reclamaba al ministerio que dé marcha atrás con la medida.

El comunicado de los/as estudiantes expresa:

“En el día fecha el estudiantado se organizó para tomar el colegio. En 2019 el decreto 257/19 recorta las incumbencias de nuestro título sin darse a conocer al alumnado, egresados y padres a través de ningún medio. Esto es injusto ya que se decretó de manera retrospectiva, lo cual es ilegal, y también porque tenemos quince años de preparación en vano. Cabe aclarar que en instituciones comunes es normal egresar con el título habilitante un nivel inferior al egresado, es decir, si egresas con un título secundario, habilita a uno primario. Pero el Zipoli no es una institución común. Tenemos quince años de preparación en los cuales incluyen prácticas y materias de nivel universitario.

Estos motivos son suficientes para nuestra lucha. Queremos dejar en claro que no tolerar por parte de los estudiantes que se realicen represalias, como amonestaciones, faltas o suspensiones”.

La lucha del estudiantado para defender sus derechos tiene un fuerte apoyo de padres, madres y de la docencia y abre un camino certero para derrotar esta ofensiva antieducativa del gobierno. Vamos por el triunfo de los reclamos de la comunidad educativa. ¡Todo nuestro apoyo! Este es el camino para derogar la reforma precarizadora del estatuto docente.