Los planes de ajuste del gobierno macrista en la educación se han topado con un fuerte movimiento estudiantil, el cual salió a las calles al grito de “No a la Reforma” que pretende degradar los contenidos, avanzar en la precarización docente y cercenar el quinto año para colocar a los estudiantes como mano de obra barata en las empresas.

 

Los 5.000 estudiantes que copamos las calles el 6 y el 15 de septiembre también lo hicimos por educación sexual laica y científica, reformas edilicias inmediatas, becas y viandas en condiciones para todos los estudiantes que las necesiten.

 

En los últimos días se tomaron el Comercial 3, la Raggio y el Danzas 2, siendo ya más de 30 los colegios tomados contra la reforma, los techos que se caen y la invasión de ratas y cucarachas. Frente a esto, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, se vio obligada a retroceder en su negativa a recibir a representantes de todos los colegios tomados, llamando a una reunión en el ministerio, que se realizaba al cierre de esta edición.

 

Otra vez sopa

 

En este cuadro, el kirchnerismo, una vez más, oficia como secretario de Acuña. Quienes en un primer momento actuaron abiertamente contra las tomas (votaron en contra en las asambleas del Nacional Buenos Aires y en el Fader) mocionaron el sábado en la Coordinadora de Estudiantes de Base levantar masivamente las tomas para “dar una señal de diálogo” al macrismo.

 

La orientación de fondo de este sector -Lobo Suelto, la Emergente, La Cámpora, Simon Bolívar y Nuevo Encuentro- no es quebrar el avance antieducativo, sino obtener algo de “participación” en la reforma macrista.

 

Quieren repetir la experiencia de la anterior reforma, la NES, que luego de una fuerte lucha terminó con un acuerdo entre la burocracia K de UTE y el gobierno de Macri recortando más de 140 orientaciones.

 

El kirchnerismo (como Alicia K en Santa Cruz) aplica el ajuste en las provincias donde gobierna, al tiempo que le ha votado leyes estratégicas al macrismo en el Congreso. 

 

Abajo la reforma

 

Desde la UJS apostamos a reventar las calles el próximo viernes con una masiva movilización al Ministerio que termine en una gran asamblea de todos los actores en lucha. Y que sean las asambleas de cada colegio las que definan el curso a seguir de una lucha que recién empieza. Un pequeño grupo kirchnerista no puede arrogarse la representación de un movimiento de lucha que no para de crecer. El estudiantazo ha creado centros de estudiantes allí donde no los había. Hay decenas de colegios que quieren sumarse a las tomas en toda la capital. Los secundarios de la UJS pondremos todas nuestras energías para que este movimiento de lucha siga creciendo. 

 

El movimiento estudiantil es contundente: ¡Abajo la reforma privatista! ¡Ninguna participación con los ajustadores! ¡Educación sexual laica y científica. Reformas edilicias ya! ¡Becas y viandas para todos!