Educación

28/12/2019

El ministro Trotta negocia la ESI con la Iglesia

En una larga entrevista realizada por Página 12 al flamante nuevo ministro de Educación, Nicolás Trotta, el diario destaca un apartado sobre Educación Sexual Integral al que titula “Vamos a aplicar la ley” y donde afirma que es una decisión de la nueva gestión que haya “un cumplimiento de la ESI” (Páginas 12, 27/12/2019).


Aun así, las definiciones políticas vertidas sobre la ESI son una clara señal de alerta. Trotta afirma que ha iniciado un diálogo con “todos los actores del sistema” para “garantizar el cumplimiento de la ley” y, a renglón seguido aclara: “lo hemos conversado ya con la Conferencia Episcopal”.


El motivo por el cual se incumple con el dictado de educación sexual en nuestro país es precisamente el bloqueo de las iglesias y sus satélites que tienen un enorme peso en el sistema educativo –del mismo modo que ocurre en la salud pública y privada con la consecuente negación de derechos sexuales y reproductivos para las mujeres y las disidencias.


En el caso de la ESI, es la propia ley que negoció el kirchnerismo con el Vaticano en 2006 (año en que fue promulgada) la que habilita su incumplimiento al permitir a cada institución educativa que dicte su contenido “de acuerdo con su propio ideario institucional” (artículo 5° de la ley). En un país como el nuestro donde la educación confesional –mayormente en el sector privado, pero también en el público- tiene un peso enorme, la norma equivale a una desnaturalización completa de aquello que pretende garantizar: no hay educación sexual posible allí donde se imparten como “saberes” de la materia prejuicios religiosos y nociones pre-científicas basadas en el desprecio a la mujer, la condena a la homosexualidad, la defensa de un modelo familiar organizado en torno a la violencia y el autoritarismo, la condena y el rechazo al ejercicio libre y placentero de la sexualidad.


La juventud que protagonizó masivamente la marea verde el año pasado, colocó como una de sus principales demandas el derecho a la educación sexual –lo que se opone por el vértice al reforzamiento del poder de las Iglesias. Esta lucha tuvo su expresión en el Congreso con un proyecto presentado por Romina Del Plá que logró un dictamen de comisiones en septiembre de 2018 y que el mes pasado dejaron morir de común acuerdo Cambiemos y el Frente de Todos –negando los votos necesarios para que el mismo sea votado antes de perder estado parlamentario y otorgando un nuevo triunfo al lobby reaccionario de las iglesias.


Las declaraciones de Trotta vienen a reforzar, para el ámbito educativo, un aspecto clave de la política del nuevo gobierno de los Fernández, que busca empoderar aún más a las iglesias y el rol que juegan en las denominadas “tareas de Estado” para garantizar la contención social. La escuela juega un papel clave en esta materia, y en un cuadro de aguda crisis social como el que vivimos, el disciplinamiento de la juventud y las mujeres –y de nuestro movimiento de lucha- adquiere centralidad para sostener un régimen que se sostiene sobre la miseria, el sometimiento y la humillación de las grandes mayorías.


Definitivamente, la conquista de la ESI para nuestra juventud vendrá de la mano de la lucha callejera e independiente por la separación de la iglesia del Estado.