El intendente de Lanús (Buenos Aires) y uno de los referentes de la interna provincial de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti, propuso la municipalización de la educación pública y el control de los trabajadores de la educación a cargo de los intendentes. Un planteo para controlar la caja, disciplinar a los trabajadores, ajustar en el gasto y adaptar las escuelas a las necesidades del mercado privado.

El planteo de Grindetti supone una descentralización de la educación pública primaria y secundaria, con la subsecuente derivación de fondos, que implique el traspaso de los edificios escolares y obras de infraestructura, Servicio Alimentario Escolar, transporte y el control de los docentes, su asistencia y “licencias médicas”, entre otras cosas.

La cuestión supone dos grandes problemas. La descentralización municipal -la provincia de Buenos Aires cuenta con 135 distritos- implica una diferenciación en los recursos y gestión educativa en función de la capacidad económica de cada municipio, acentuando una discriminación entre “municipios pobres” y “municipios ricos”.

A su vez, esta condición material, agravada por las exenciones en las tasas a los grandes capitalistas, habilita la gestación de todo tipo de negocios, algo que en el PRO y Cambiemos se maneja con “mucha cintura”, como lo demuestran los chats del cobrador de Horacio Rodríguez Larreta en CABA, el ministro Marcelo D´Alessandro.

Contratos de construcción y refacción de escuelas, provisión de cáterin y alimentos, transporte, son algunos de los negocios, a los que se debe sumar toda la lógica privatista que viene de la mano de la descentralización: convenios, pasantías y prácticas laborales obligatorias privadas.

A esto se suma que Grindetti quiere ejercer un control directo sobre la asistencia y las licencias médicas de docentes y auxiliares, en una gestión que se caracteriza por una extrema precarización laboral de los trabajadores municipales, con sueldos de indigencia.

Se trata de un planteo que coincide con toda una orientación ajustadora que busca descentralizar las funciones del Estado nacional y provincial en los municipios para controlar la caja y poder aplicar medidas privatistas justificadas por propio vaciamiento impuesto por las gestiones capitalistas. Además de reforzar la injerencia unipersonal de los intendentes, con amplias potestades y concejos deliberantes cautivos y/o sin poder alguno.

Antes de solicitar el traspaso de recursos y funciones provinciales, el intendente de Lanús debería preocuparse por garantizar salarios óptimos, que cubran las necesidades básicas, de los trabajadores municipales. Algo que Grindetti pretende solucionar incorporando a los programas sociales a cubrir dichas tareas.

La propuestas de Grindetti y Cambiemos es la profundización de la descentralización educativa del menemismo, que trajo aparejada la destrucción de la educación nacional y técnica, y el vaciamiento educativo en las provincias de la mano de las políticas ajustadoras de los gobernadores.