Educación

14/11/2020

Educación, virtualidad y pobreza

La comunidad educativa sostiene el aprendizaje, el gobierno la torpedea

La anulación del IFE golpea el proceso pedagógico.

Gustavo Iaes, un hombre del gran capital en la educación, publicó en una nota de opinión que,  aunque parezca “extraño”, las evaluaciones comparadas entre años “muestran resultados similares en escuelas que han sufrido la cuarentena, pero han trabajado con tecnologías, han tenido un contacto y un trabajo cotidiano con sus alumnos”, es decir, que las y los chicos han alcanzado aprendizajes más o menos similares, comparados con años anteriores (Clarín, 11/11).

Primera conclusión, escribió Iaes, el trabajo de la escuela hace diferencia, el esfuerzo de los maestros y la institución se traslada a los aprendizajes. Y junto a los docentes, “la presencia de las mamás”. Incluso, allí donde la posibilidad de llevar adelante la continuidad pedagógica por la vulnerabilidad de las familias y las dificultades de las escuelas, lo que se pudo hacer fue gracias a los esfuerzos de docentes y madres, al empreño de la comunidad educativa.

Iaes es un asesor/funcionario educativo que presta servicios desde el Banco Mundial hasta Sergio Massa, pasando por el derechista gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. Como asesor del gobierno mendocino, fue uno de los arquitectos del nefasto presentismo conocido como  “Ítem Aula”, que obligó a los docentes de aquella provincia a ir a trabajar enfermos.

El reconocimiento que sale “de hecho” a la comunidad educativa pone de manifiesto lo que Iaes oculta, el nulo aporte del Estado, ni en infaestructura edilicia de las escuelas, ni en cobertura económica de los dispositivos , ni de la conectividad, ni de los recursos sanitarios básicos. Desde el barbijo hasta las computadores, pasando por el wifi y el alcohol en gel, donde hubo,  lo bancó la docencia y las familias.

“Este es uno de los aprendizajes fundamentales de la cuarentena, es clave la posibilidad de que la escuela pueda articular con las madres, definir un pacto, un acuerdo, un modo de trabajar juntos”. Hablando de cosas “extrañas”, la visión cerrada detrás de los intereses de la clase capitalista, le impide a Iaes reconocer que los torpedos contra ese pacto indisoluble, sólo vienen del Estado que él defiende.

Tiren contra las madres, padres y docentes

Pasemos de largo de que Iaes establece la tarea de acompañar  la educación de los hijos sólo en las mujeres, y de la afirmación según la cual se habrían alcanzado aprendizajes similares a la etapa presencial de la educación, lo que no es cierto, y no por culpa de la comunidad educativa. Lo que sí es cierto, en medio de una pandemia que el martes 12 de noviembre alcanzó su pico, y que por lo tanto está vivita y coleando, es que el régimen político de hambre y entrega nacional que defiende dio un paso estratégico para debilitar a la comunidad educativa, que efectivamente sí se puso sobre sus hombros el sostenimiento de la escuela pública.

La eliminación del IFE que ha resuelto el gobierno peronista deja sin sustento a casi 8,9 millones de personas. De ellas, “a la hora de analizar la distribución de los beneficios en función del género, se observa una mayor proporción de mujeres (4,9 millones -55,7%-)”, las madres que dice empoderar el asesor de Massa (Ámbito Financiero, 5/8). Del total de los que recibieron hasta ahora el IFE, el 62 % son trabajadores informales o desocupados.

Esta política de ajuste sin precedentes, comprometida con los usureros internacionales y el FMI, se pone en práctica cuando el 46% de la población es pobre, casi 21 millones de personas, la desocupación alcanza al 29 % y la indigencia el 12,4% con 5,6 millones personas con hambre. Datos que surgen de un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que dirige Claudio Lozano, presidente del Banco Nación y economista de cabecera de la CTA-A de Cachorro Godoy.

Por último, la vuelta forzada a la presencialidad que anunció el ministro de Educación Nicolás Trotta, sin condiciones de ninguna índole, tiene por función esencial terminar con las licencias pagas de madres y padres a cargo de sus hijos, mientras las escuelas permanezcan cerradas por la pandemia.

El círculo se completa con salarios docentes en todo el país que de punta a punta de la escala salarial mantienen a los educadores por debajo de la línea de pobreza, y la implementación de nuevos programas de precarización laboral, de docentes y estudiantes completamente flexibilizados y con salarios de indigencia, para reconectar a los cientos de miles de alumnos que han dejado la escuela, por no contar con los medios de vida , vivienda y salubridad  básicos para superar las condiciones de pobreza en la que se está hundiendo a la clase trabajadora.

Educación y capitalismo son incompatibles. Para que la escuela no se muera, hay que acabar con el capitalismo.