Educación

13/7/2020

La docencia financia la virtualidad

En las últimas horas la docencia recibió un nuevo anuncio de parte del ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta: los docentes “podremos” acceder a la compra de computadoras en una anunciada “cómoda” financiación de 36 cuotas y muy bajo interés. Un anuncio inconcebible por donde se lo mire. A las paritarias congeladas y al pago del aguinaldo en cuotas se agrega que cada docente debe financiar la virtualidad. ¿Cómo? ¡Comprándose una computadora¡ Sin dudas, el cinismo está llegando a un lugar impensado. Atraviesa límites, sobrepasa el mínimo sentido común. Es el Estado el que debería garantizar computadoras y conectividad a docentes y estudiantes. Pero, en el caso de los docentes, se opta por profundizar, al ya mencionado ajuste, el “beneficio” de comprar una computadora en cuotas. Grotesco y asombroso.

Cabe mencionar que los profesores/as, maestros/as fuimos de los primeros trabajadores, desde que se estableció el aislamiento social, preventivo y obligatorio, a los que se les impuso la obligatoriedad de mantener su actividad (en este caso, comunicarse con los alumno/as) de manera remota, a través de recursos tecnológicos. La necesidad de mantener el sistema educativo en funcionamiento a como dé lugar, rápidamente se convirtió en el “show debe continuar”. Por supuesto, sin ningún tipo de miramientos ni análisis en contenidos, modalidades de enseñanza, estrategias didácticas, edades de los estudiantes, posibilidad de acceso a conectividad o situaciones familiares de cada miembro de las comunidades educativas.

En las primeras horas del paso a la virtualidad, los docentes (con la posibilidad material de hacerlo) tuvieron que sentarse frente a una computadora y comenzar a enviar trabajos por mail o subirlos a plataformas como google classroom, edmodo o similares. Posteriormente y en forma rápida hubo que dar otro paso: la clase sincrónica. El “tengo un meet” o “hoy hice 3 zoom” pasaron a ser frases habituales en cualquier conversación por chat entre docentes. En todas las escuelas, ya sean de gestión pública o privada. Y la presión fue aumentando con el paso de las semanas. A la mencionada comunicación virtual se agregó la cuestión administrativa. Innumerables pedidos para completar planillas enviadas desde el ministerio, muchas veces similares, para demostrar lo que era innecesario hacer: que se estaba trabajando.

Pero este plan de 36 cuotas no es ingenuo. No debe pasar por alto. Es el anuncio directo de que la virtualidad llegó para quedarse. Desde hace algunas semanas, el denominado teletrabajo (nombre genérico en el que ingresa la virtualidad) avanza en el Congreso nacional. Ya consiguió la media sanción de diputados a través del voto afirmativo de los bloques políticos del oficialismo y la “oposición” de Cambiemos, UCR , CC y demás. La excepción a ese apoyo mayoritario vino, únicamente, de los diputados del FIT.

Para asegurar la llamada continuidad pedagógica, para el segundo cuatrimestre del 2020, se menciona la posibilidad de avanzar en un sistema dual, que combine presencialidad y virtualidad. Por supuesto, siguen sin mencionarse aspectos pedagógicos. La única “idea” a la fecha es que cada docente se compre una computadora. Y tratar de mejorar, en parte y de esa forma, los bajos índices de conectividad que existen en la actualidad y que ensanchan la brecha entre los sectores de mayores ingresos y aquellos que se encuentran en la base de la pirámide social.

Debido a lo expuesto es imprescindible que la docencia tome conciencia de que podemos hacer acompañamiento pedagógico, pero se deben otorgar recursos a la totalidad de los integrantes de cada comunidad educativa. Es importante observar que el paso a la virtualidad y las computadoras en cuotas no son elementos separados. Por el contrario, forman parte del mismo plan: este anuncio confirma que no se van a distribuir recursos. Es un paso más hacia la pérdida de derechos y la flexibilización laboral que se observa en el atropello sobre horarios laborales, sobrecarga de actividades y la prácticamente inexistente posibilidad de desconexión. Hay históricas conquistas que los trabajadores de la educación debemos defender. Está en marcha un nuevo ataque contra la docencia. Y debemos oponernos con asambleas con mandato en cada escuela para finalizar en una asamblea unificada de toda la docencia. Que pida reapertura de paritarias, pago de aguinaldo en tiempo y forma, computadoras/conectividad gratis para docentes y estudiantes, participación activa en la elaboración de protocolos para la vuelta a las clases presenciales y no más ajuste en educación.