La inquietud y el reclamo comienza a extenderse entre las familias de las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires. Es que ante la emergencia social, en donde
más del 50% de los niños y niñas se encuentran en la pobreza, tenemos que exigirle al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que garantice la continuidad en la entrega de
alimentos durante el receso escolar de verano.
La falta de empleo y los salarios miserables han convertido a este paliativo entregado en las escuelas en una parte importante de la alimentación de las familias
trabajadoras. La situación de crisis económica no se ha modificado aunque el gobierno haya levantado las restricciones de la pandemia, pero si han modificado las
asistencias sociales que se brindaron durante la cuarentena, recortaron el IFE, incluso han recortado la entrega de alimentos a los comedores populares, por lo que en este
contexto la entrega alimentaria en las escuelas se vuelve fundamental, ya que la AUH está muy por debajo del monto de la canasta básica alimentaria.

Los recursos económicos no utilizados por el Gobierno en los comedores escolares durante la pandemia fácilmente podrían destinarse a crear una Tarjeta Alimentaria
Escolar Universal para los estudiantes de la Ciudad que la soliciten y que no afecte los planes sociales de quienes perciben, por ejemplo, la AUH o Ciudadanía Porteña. La
misma debería asignar un monto de dinero necesario para acceder a la compra en supermercados de alimentos suficientes y que cumplan con los requerimientos
nutricionales para el crecimiento saludable de nuestros alumnes, el mismo no debería ser inferior a $6700 que es la línea de indigencia establecida por el INDEC para la canasta básica alimentaria durante el mes de noviembre y ser actualizable según la inflación.
El martes 1 de diciembre a las 18hs se realizará una reunión abierta a la comunidad educativa de la comuna 8 para organizar el reclamo.