El Ministerio de Educación tucumano convocó este jueves 20 a varias organizaciones, entre ellas el Partido Obrero, para debatir acerca de un mentado “programa de lucha contra el abandono escolar”. Con el eufemismo de “construir un espacio de reflexión, debate y coordinación”, el ministro Juan Pablo Lichtmajer pretendió lavarse las manos de debacle del sistema de educación provincial.

El funcionario manifestó que el sistema educativo de la provincia está funcionando en el marco de esta pandemia mundial, pero le preocupa “la falta de asistencia por parte de los alumnos”. De esta manera, el ministro y el gobernador Juan Manzur deslizan el peso de la deserción en los padres y docentes, cuando son ellos los que deberían haber garantizado la continuidad educativa.

Alumnos desconectados y sin los recursos tecnológicos suficientes; clases virtuales que jamás funcionaron; material de estudio faltantes y docentes que sostienen, con recursos propios, lo que no provee el Estado. Estos son solo algunos de los síntomas del desastre educativo de la provincia. Lichmajer pretendió durante toda su exposición responsabilizar a los padres y alumnos por los errores que pudieron haberse cometido. Así, las familias que no tienen un teléfono celular con cámara, una computadora o conexión a wifi serían los responsables del ausentismo y de dejar al margen de la escolaridad a los niños. Una verdadera infamia cuando la situación económica de la provincia no les permite a numerosas familias ni siquiera llegar a fin de mes con sus gastos elementales.

Desde el Partido Obrero participamos de esta reunión para denunciar y expresarle al propio ministro la urgencia de medidas para los y las trabajadores de la educación. Gabriela Gramajo, dirigente del Polo Obrero de la provincia, exigió que se abran los concursos para que docentes desocupados puedan trabajar, y reclamó por el salario de los educadores, señalando que “un docente que recién se inicia cobra cerca de 26.000 pesos por mes y este año les suspendieron las paritarias. ¿Cómo se pretende exigirle a la docencia que haga malabares para educar a nuestros hijos cuando muchos no llegan a fin de mes?”. Y se refirió a algo omitido por el conjunto de los presentes, el Plan Fines, cuyos profesores están en negro y sin cobrar hace un año.

Asimismo, Gramajo denunció la brutal crisis económica que estamos atravesando: “en esta reunión se está diciendo que se le da todo a las familias, cuando los padres y madres de la clase obrera están obligados a salir a la calle a exponerse al contagio. Circulan todo el día para llegar a lo necesario para la alimentación, y ahora ustedes le sumaron que también deben tener ingresos para pagar wifi y tecnología, sino sus hijos quedan marginados. Los niños en los barrios comen en merenderos y en muchos casos sus padres son desocupados, no pueden tomar las clases porque no tienen cómo”. Y concluyó denunciando el estado calamitoso de las escuelas a nivel provincial y la total falta de inversión en infraestructura por parte del gobierno.

Desde el Polo Obrero y Tribuna Docente vamos a seguir reclamando reapertura de paritarias y el pago de la cuota pendiente; basta de precarización laboral y educativa; entrega de dispositivos y conectividad para todos/as; comités de bioseguridad e higiene bajo control de la docencia y la comunidad educativa; ningún docente sin ingreso, pago y pase a planta permanente a los docentes de Fines, ningún cierre; licencias de cuidado pagas para atención de niños/as y personas de riesgo; una ESI laica y científica; la atención integral por Covid-19 por las obras sociales; y un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar.