200 estudiantes de Neuquén y Río Negro realizan el primer Congreso Regional

En una jornada histórica para la juventud de Río Negro y Neuquén, delegados de 20 colegios de la Capital y delegaciones de Cutral Co, San Martín de los Andes, Plottier, Centenario, Picún Leufú y Las Lajas, de la provincia de Neuquén; y de Cinco Saltos, General Roca y Cipolletti, de Río Negro, realizaron el primer Congreso de Estudiantes Secundarios de la región. Este formidable Congreso discutió intensamente la ‘reforma educativa’, la desocupación juvenil, la represión dentro y fuera de los colegios, la persecución contra los trabajadores, y la mayor parte de los graves problemas que afectan a los trabajadores del sur y del país entero.


La Coordinadora de Estudiantes Secundarios (C.E.S.) de Neuquén, fue el pilar fundamental que permitió la realización de este congreso. La C.E.S. tiene tan sólo cinco meses de existencia, pero seguramente son los cinco meses más importantes e intensos en la vida de los compañeros que han impulsado esta organización de los estudiantes.


Cinco meses en los que han tenido que batallar contra viento y marea para llegar a concretar una jornada tan importante como la de este congreso y poder constituirse así en el referente de lucha del movimiento estudiantil de Río Negro y Neuquén.


La base de la movilización que coronó en el Congreso, fueron 15 colegios, que se dieron a la tarea de poner en pie y defender a la C.E.S.. Nos movilizamos por centenares en defensa de la educación pública y contra el desmantelamiento de los secundarios; primero; en apoyo a la lucha docente, contra los decretos de Sapag, y por miles, después; frente  a las amenazas y persecuciones que pretendieron amedrentarnos.


Contundente fue la respuesta en la calle a los represores, que desde la impunidad de las sombras y desde las amenazas clandestinas, pretendían desmovilizarnos; y contundente fue la respuesta a los directores y preceptores que, desde su puesto y   jerarquía, intentaron por todos los medios boicotearnos. Domingo a domingo mantuvimos nuestras reuniones, a la intemperie (por la negativa de los directores a que nos reunamos en los establecimientos), en plena calle cuando arreciaban las amenazas e incluso con varios grados bajo cero en pleno invierno. La prensa destacaba en grandes titulares que “Estudiantes secundarios se reúnen en la calle”, pero aun así, todas las direcciones siguieron negándonos los colegios, y el propio rector de la Universidad Nacional del Comahue “prohibía el ingreso de estudiantes secundarios a las instalaciones de la UNC para realizar reuniones”.


La organización creció, la tarea se multiplicó y los compañeros de Neuquén volantearon colegios de Cipolletti y Centenario, impulsando con el programa original de la C.E.S., la conformación de las Coordinadoras de esas localidades.


Un boletín de la C.E.S., promocionando el programa y convocando al congreso, ‘trabajado’ en todas las movilizaciones y actividades docentes y juveniles, determinó que los estudiantes de las más alejadas localidades se pusieran en contacto para participar del Congreso.


En un encuentro de delegados de base de ATEN (gremio docente), los integrantes de la C.E.S. aprovecharon la presencia de delegados del interior para convocar, a través de ellos, a los estudiantes a los que, por la distancia y la falta de recursos, no podían llegar. El planteo de que la C.E.S. surgió para luchar por la derogación de la ley y la explicación de los objetivos del congreso, cosechó la adhesión, la simpatía y el apoyo de todos los delegados.


Desarrollo del Congreso


Coreando la consigna: “Que siga, siga el baile, al compás del tamboril, a la ley la derogamos, con la lucha estudiantil”, dio comienzo el Congreso. La mención de cada una de las delegaciones presentes fue calurosamente aplaudida.


Facundo Monsalvo y Sergio (Carozo) Carrasco resumieron las trayectorias de las C.E.S. convocantes (Centenario, Cipolletti y Neuquén), el grado de organización alcanzado, los objetivos y la dinámica del congreso.


La intervención de Héctor Ramírez, el papá de Pablo Ramírez, joven asesinado por la policía de ‘gatillo fácil’, generó el repudio de los estudiantes a la ‘yuta’ y a la represión.


Posteriormente, Pablo Calarota (Colegio San Martín) analizó los alcances de la Ley Federal de Educación y porqué luchar por su derogación. La fuerza convocante de la C.E.S. y del Congreso se puso otra vez de manifiesto cuando se dio lectura a la carta que Roxana Christiansen (hija de Alcides) hizo llegar al Congreso.


Cerró la intervención de los panelistas Marcos Munguía (CPEM 34), explicando la posición de la Coordinadora ante la desocupación de la juventud.


Luego de un cuarto intermedio, se pasó a debatir en comisiones y éste fue el momento de mayor participación. Todos los delegados y asistentes se repartieron en las 6 comisiones: 1) Por la derogación de la LFE; 2) Contra la represión dentro de los colegios; 3) Contra la represión fuera de los colegios; 4) Desocupación juvenil; 5) Ecología y drogas; y 6) Por la libertad a los presos por luchar.


El plenario final, con la lectura de las resoluciones y la apertura de la lista de oradores para cada tema, mostró el grado de homogeneidad política que se fue alcanzando en el desarrollo del congreso: las resoluciones fueron aprobadas por unanimidad.