Como lo vinimos denunciando, la Intendencia terminó cediendo al chantaje de las empresas de transporte que boicotearon la licitación para forzar la adjudicación directa de los ramales. Con esta adjudicación se viene el tarifazo.

Además, las empresas más fuertes se han asegurado por este mecanismo los recorridos más rentables, lo que significa que seguirán con el proceso de monopolización que llevó a la quiebra a más de la mitad de las empresas en sólo un año. Los choferes de la UTA denuncian con razón que, a pesar de haber una garantía formal de estabilidad laboral, la segura quiebra a corto plazo de varias empresas y la aceptación por la municipalidad de frecuencias más espaciadas terminará con cientos de choferes en la calle.

El abono estudiantil ha subido un 12% y se ha propuesto la formación de una comisión para “estudiar los costos del boleto”, que funcionará con una “cláusula gatillo” (si en dos meses no hay acuerdo, el aumento será automático).

La lucha contra el tarifazo del transporte debe incorporarse a la lucha práctica de las Asambleas Barriales.