Estudiantiles
2/11/2000|686
La gran lucha del Moreno en defensa de la educación
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“No es un accidente, es negligencia”, reconoció el secretario de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus, ante la reunión abierta en la Legislatura frente a la Comisión de Educación.
Decenas de estudiantes con bombos y carteles se ubicaron en la puerta. Una representativa delegación de padres, docentes, miembros de Cooperadora y del Centro de Estudiantes del Moreno exigió el reinicio inmediato de las clases luego del desastre ocurrido en el patio del colegio, cuando tres chicas cayeron a un pozo de 3 metros.
Filmus trató de calmar los ánimos al anunciar que ya estaba el edificio de la Universidad Católica y que pagarían los viáticos y/o pondrían micros para el traslado.
Pero la exigencia era clara: “No confiamos, queremos un compromiso por escrito y una comisión que controle que se cumpla. Queremos que en marzo del 2001 el edificio esté totalmente reparado. Que se entreguen las becas necesarias. Queremos un comedor en el colegio. Y la recuperación total del edificio que se comparte con el profesorado Joaquín V. González, desde la época de la dictadura, por ser el Moreno ‘muy contestatario’.
Todo lo reclamado finalmente se obtuvo. Y se firmó un acta compromiso: 730.000 pesos de presupuesto ya, y más si fuera necesario para poner totalmente en condiciones el Moreno para marzo próximo. 130 becas. Transporte en la escuela y/o fichas de subte. Comedor o viandas. Y nuevo edificio para el Joaquín V. González para el 2002.
Las autoridades municipales trataron de atajarse ante el vendaval de denuncias: el hundimiento del patio se produjo en un “lugar reparado” hace un año, por la empresa Coisa, habiendo alertado personal del Moreno de “que no embaldosaran porque abajo estaba hueco”. Se había asignado una partida de un millón de pesos, con lo cual se reconoció la necesidad de arreglos urgentes. Pero Infraestructura Escolar nunca hizo las licitaciones. El millón pasó “a ejercicio vencido”. El cartel de anuncio colocado en el frente del edificio desapareció. Sólo hubo tres adjudicaciones directas (desagües, techos y electricidad). Los resultados están a la vista: un pozo casi se cobra la vida de 3 adolescentes; cuando llueve fuerte el Colegio se inunda y las clases se suspenden.
La dirección y la Cooperadora venían advirtiendo sobre el estado del edificio histórico: riesgos por desprendimientos de mampostería, aulas clausuradas, una comisa que cayó al posarse una paloma, etc. Los encargados de dar respuesta -Grasioni, Cattáneo, Del Aguila y otros- nunca la dieron. Los subsidios que llegan por año son de no más de 30.000 pesos por todo concepto (mantenimiento, material didáctico, etcétera).
Filmus planteó que se habían iniciado distintos sumarios y ordenado al procurador juzgar a los responsables de la gestión anterior.
Pero un pedido de informes presentado por Altamira (PO) puso en claro lo que se intentaba ocultar: en el proyecto de presupuesto enviado hace 2 semanas a Legislatura, el monto para Infraestructura Escolar desciende de 39,5 a 18 millones. Eso cuando ellos mismos reconocen que el 90% de los colegios capitalinos están como el Moreno.
La movilización destapó las mentiras aliancistas a lo largo de tres mandatos: De la Rúa, Olivera y ahora Ibarra.
Lo conseguido fue producto de la lucha y las asambleas masivas. Apenas se produjo el ‘accidente’ los estudiantes hicieron asamblea y cortaron la avenida Rivadavia. Padres, Cooperadora y estudiantes se autoconvocaron de urgencia el fin de semana y se logró organizar una presencia masiva en la Legislatura a pesar de que no había clases. Primero fueron 150 estudiantes, luego 400. Se resuelve la movilización permanente hasta lograr los reclamos. Ahora se trata de reforzar la organización, para volver a movilizarse si el acta-acuerdo es burlado.
El Moreno es una radiografía de la educación pública en la Capital. Los docentes cobran salarios de hambre; muchos alumnos se desmayan en las aulas por no comer, o abandonan por no tener dinero para viajar; los edificios se caen. La Cooperadora del Moreno venía entregando viáticos y sándwiches para evitar la deserción, mientras reclamaba por becas alimentarias para todos los que las necesitaran (superando incluso las condiciones discriminatorias requeridas por Educación: no a los extranjeros, etcétera).
El presupuesto miserable y los negociados vía adjudicaciones directas son parte de un mecanismo de destrucción de la escuela media a la que quieren convertir en EGBs y polimodales con padrinazgo empresario (para que le provean luego de mano de obra semigratuita a través de las pasantías obligatorias).
El triunfo del Moreno es un paso. Evidencia que se puede enterrar estos proyectos privatistas y antieducativos. Hay que reclamar por aumento del presupuesto para garantizar la refacción de todos los edificios escolares, para que la juventud se forme con campos de deporte y comedores gratuitos, con becas para todos los que la necesiten y con comisiones de control de la comunidad educativa que impidan la corrupción en todos los niveles.
Es necesario organizar asambleas y una Coordinadora interescuelas para impulsar una movilización de conjunto sobre el Gobierno de la Ciudad. Cárcel a los funcionarios responsables de robar y poner en riesgo la vida de nuestros jóvenes y docentes. Que se termine con el plan de inversiones en obras faraónicas dirigidas a una ciudad para los explotadores y financistas.
Esta lucha por el presupuesto será la mejor forma de impedir que avance la ley privatista que el gobierno tiene en carpeta.