Estudiantiles

14/10/1999|646

La UJS entrevista a Jorge Altamira

P: Si el PO está contra el sistema, ¿por qué se presenta a elecciones?


JA: No es suficiente proclamar el rechazo al ‘sistema’ o, más precisamente, al Estado burgués y a su régimen democrático. Es necesario que las masas mismas lo superen por medio de su experiencia, lo cual significa, por un lado, que arriben a la conclusión, por medio de una asimilación de sus luchas, de que la democracia formal es un método de dominación de clase de la burguesía y, por otro lado, de que contrapongan, en el curso mismo de esas luchas, un régimen de poder diferente que acabe por convertirse en el poder dominante de la mayoría explotada. La participación en las elecciones debe servir para desarrollar el aspecto revolucionario de la experiencia de las masas y para desenmascarar el engaño político que se empeñan en desarrollar los partidos capitalistas y, más aún, los pequeño-burgueses, los cuales son también instituciones fundamentales del régimen democrático-burgués. El sistema electoral y el régimen republicano, sea presidencialista o plenamente parlamentario, son también el producto de un desarrollo histórico, o sea que, en su momento y sucesivamente, cristalizaron una fase del desarrollo social y de la conciencia correspondiente a ese desarrollo. Resulta evidente que este desenvolvimiento sólo puede ser superado cuando, de un lado, ha arribado a su madurez y, del otro, se ha desarrollado la conciencia madura de su agotamiento. Proclamar su rechazo no pasa de un gesto (voto en blanco o ausentismo o huidas electorales), algo que es típico de la pequeña burguesía, porque ella sólo puede oponerse al régimen burgués de un modo gestual, dado que en definitiva pretende integrarse a él.


Es sencillamente obligatorio presentarse a las elecciones de octubre próximo, porque será el escenario en el que los partidos en presencia exhibirán su posición frente a la crisis política inminente, o sea prerrevolucionaria, que habrá de emerger del derrumbe del régimen menemista, es decir del régimen del co-gobierno peronismo-alianza; de entrega y de hipotecamiento internacional del país; de descomposición de los aparatos de seguridad y justicia; de hiperdesocupación y superexplotación; de desmoronamiento de la salud y de la educación; de crisis generalizada de los regímenes de igual signo a nivel internacional; es decir, de la economía y política mundiales.


Para el Partido Obrero, la participación electoral debe servir como un elemento más, aunque importante, de la preparación de las masas y de su propia preparación para intervenir en el desarrollo y desenlace de esa crisis política.


P: ¿Qué opina sobre la situación política del país?


JA: Como dije antes, asistimos al derrumbe de un régimen que fue, en su momento, la solución precaria al derrumbe de una variante de este mismo régimen y así varias veces hacia atrás, al menos desde el Cordobazo. La Argentina se encuentra en cesación de pagos (deuda externa de 200.000 millones de dólares; intereses 300% superiores a los internacionales; derrumbe financiero del sistema jubilatorio —23.000 millones de dólares anuales—; hundimiento de las finanzas y sistemas de gobierno provinciales; un cuadro de rebelión social como consecuencia de la desocupación en masa, de la superexplotación y de los salarios bajísimos). Una parte de la clase media ha sido llevada ya al campo de la movilización popular e incluso los latifundistas han tenido que cortar las rutas para enfrentar los peligros de quiebra. La incitación del FMI a Ecuador para que deje de pagar la parte de su deuda externa que cuenta con garantía en títulos norteamericanos ha provocado la rebelión de los acreedores de Ecuador, con lo que la impasse de la deuda externa ha llegado al punto de comenzar a enfrentar a los propios usureros. Las movilizaciones de Corrientes, Tierra del Fuego y, especialmente, Tucumán marcan la tendencia de las masas, que se rebelan a gran escala incluso contra los funcionarios recientemente electos. Anticipan la inminente crisis prerrevolucionaria nacional y la tendencia de la burguesía al gobierno de unión nacional, o sea a confesar que son un único polo de los explotadores contra los explotados.


P: ¿Qué significado tiene el derrumbe electoral del peronismo?


JA: El derrumbe electoral del peronismo es una expresión del derrumbe del régimen y forma parte de la larga etapa de agotamiento del nacionalismo burgués en la Argentina. Ilustra el acierto de plantear la construcción de un Partido Obrero, que es la respuesta histórica a este agotamiento desde el punto de vista del desarrollo del proletariado. Sirve para destacar el carácter abstracto del planteo de una ‘izquierda unida’, porque este planteo es puramente ideológico, no se enlaza con la experiencia histórica de las masas sino que pretende reparar la crisis de la izquierda democratizante y constituye, por ello, un planteo de desarrollo político parlamentarista. Con relación a los que plantean una ‘patria libre’, desconocen que el derrumbe político del peronismo obedece al derrumbe histórico del nacionalismo de contenido burgués para resolver el problema de la independencia nacional y la unidad de América Latina —de modo que no puede ser rescatado con un retorno a las fuentes—.


P: ¿Qué perspectivas tiene la juventud bajo un gobierno de De la Rúa?


JA: El ajuste que promete De la Rúa, su política anti-laboral, su oposición a derechos democráticos fundamentales como el del aborto y la salud gratuita, sus compromisos con el clero, en definitiva su atadura con el imperialismo y la reacción interna, agravarán la situación de la juventud, que se verá obligada a profundizar su movilización y elevarla al plano político.


P: Un conjunto de agrupaciones universitarias llaman a trasladarse a 501 kilómetros para no votar, otros a votar en blanco. ¿Esto es una salida?


JA: Los que hacen campaña por el voto en blanco o la huida electoral no han podido fundar su posición en un programa y, por lo tanto, no pretenden siquiera estructurar una dirección política revolucionaria. Exhiben el derecho al pataleo y es por eso que reciben generosa atención de la prensa. Dado el desafío que presenta la crisis política para las masas y para las organizaciones de éstas que se han desarrollado en oposición al capital, la posición huidiza es reaccionaria. Refuerza la campaña para desviarlas de sus objetivos políticos más apremiantes y, por supuesto, de los históricos.


P: Dicen que la juventud de los ‘90 repudia la política, a diferencia de los jóvenes de los ‘60 o ‘70. ¿Cuál es su visión?


JA: Las juventudes de los ‘70 y ‘90 tienen algo fundamental en común: la tendencia a la acción directa. Esto es algo que se pretende ocultar con frecuencia por razones obvias. Divergen en que la primera estaba más ‘intelectualizada’, pero no en el mejor sentido de la palabra, ya que exponía un existencialismo abandonado una década antes en Europa y una descomunal tendencia al populismo (en esto era europeizante). También divergen en que la juventud de los ‘90 sufre la crisis del capitalismo y su tendencia a la descomposición como nunca antes, de modo que, cuando lucha, tiende a radicalizarse con mayor rapidez. A la del ‘70 le llevó veinte años llegar al Cordobazo; la del ‘90 conoció el Santiagueñazo apenas en los primeros tres años de la década.


P: Siendo los candidatos oficiales partidarios de la reforma educativa, ¿cómo organizaría el PO la educación?


JA: El capital apunta a la privatización educativa, a la mutilación cultural y profesional de la fuerza de trabajo y a la reacción ideológica. Por esto es que no alcanza plantear sólo la defensa de la educación estatal; es necesario decir que debe ser dirigida por la clase obrera, con los docentes y estudiantes, y que debe ser reorganizada para desenvolver al obrero-intelectual y para desenvolver las capacidades necesarias para una reestructuración socialista de la sociedad.


P: En los últimos tiempos, la droga se ha extendido en forma masiva en las barriadas. ¿A qué se debe?


JA: La droga es una política consciente del capital, que económicamente apunta a explotar nuevos mercados y que políticamente apunta a la destrucción física y moral de las masas. Es complementaria con la desocupación o con la liquidación de la protección laboral y social. Es un arma de la reacción contra cualquier tentativa de emancipación de los trabajadores. Sirve como excusa para la represión, que se ha desarrollado en forma espectacular a partir del narcotráfico, así como del sistema penitenciario. Esto explica que Cavallo proponga elegir a los comisarios que manejan vigilantes, porque le sirve para ocultar que el aparato policial pasa hoy por otro lado, los grupos especiales de represión, donde por supuesto exige que rija el mayor sigilo y el método conspirativo. El narcotráfico sirve a la política de penetración de los servicios de inteligencia del imperialismo en los países más débiles.


P: ¿Cómo se resuelve la desocupación y la superexplotación que sufrimos actualmente los jóvenes?


JA: La desocupación es un arma del capital para combatir la resistencia de los trabajadores a la superexplotación. Se la combate ocupando las fábricas, bancos, oficinas y escuelas y repartiendo de común acuerdo las horas de trabajo, en relación con un plan económico libremente resuelto por los trabajadores.


P: La inseguridad se ha convertido en un tema de campaña. ¿Qué reflexión le merece?


JA: La delincuencia viene desde arriba, lo mismo que la corrupción. Esta última es una patología del régimen de producción de plusvalía y de acumulación de capital. La delincuencia tiene parte de esto, pero es además la consecuencia de que el Estado se va despojando de sus diversos oropeles y se va reduciendo a su condición de brazo represivo del capital. Por último, tanto la corrupción como la delincuencia en general son una manifestación de la disgregación del Estado burgués como consecuencia de la descomposición del capitalismo.


P: ¿Quiere agregar algo más?


JA: A la nueva generación (no digo juventud, porque juventud es una categoría social y política —los revolucionarios tenemos tendencia a ser jóvenes, los reaccionarios se regodean en ser viejos, incluso cuando hacen deportes o pretenden ‘hacer sexo’—), a los compañeros de la nueva generación, les quiero decir: la crisis mortal del capitalismo exige de ustedes que estudien más que las generaciones anteriores (sin anteojeras o dogmatismos, con fuerte espíritu cuestionador o crítico); que luchen también más y que tomen todos los recaudos aconsejados por la experiencia histórica para asegurarse la victoria. El primer recaudo es construir un fuerte partido revolucionario.