Historia

21/6/2007|997

“La democracia pequeñoburguesa contra el proletariado socialista”

En la primera etapa de su desarrollo, la revolución rusa entregó el poder a la burguesía imperialista y creó al lado de este poder los soviets de diputados, donde tenía mayoría la democracia pequeñoburguesa. La segunda etapa de la revolución (6 de mayo) ha alejado del poder, formalmente, a los representantes del imperialismo, cínicamente francos, Miliukov y Guchkov y convirtió, de hecho, a los partidos mayoritarios de los soviets en partidos gubernamentales. Nuestro partido quedó antes y después del 6 de mayo en minoría, en la oposicón. Esto fue inevitable, pues nosotros constituimos el partido del proletariado socialista sobre la base del internacionalismo. El proletariado socialista, que adopta la posición internacionalista durante la guerra imperialista, tiene que estar necesariamente en oposición a todo gobierno que acaudille esta guerra; lo mismo si es monárquico, republicano o “socialista”-defensista. El partido del proletariado socialista, inevitablemente, congregará junto a sí a masas cada vez mayores de población arruinada por la larga guerra, que van dejando de confiar en los “socialistas” comprometidos por su actuación al servicio del imperialismo, como antes dejaron de confiar en los imperialistas de pura cepa. Por eso, comenzó la lucha contra nuestro partido ya en los primeros días de la revolución. Pero sean cuales fueran las formas viles y repulsivas que revista la lucha de los señores cadetes y plejanovistas contra el partido del proletariado, su naturaleza es clara. Es la misma lucha librada por los imperialistas y los Scheidemann contra Liebknecht y F. Adler (ambos fueron declarados “locos” por el órgano central de los “socialistas” alemanes, y ni hablemos de la prensa burguesa, la cual declaró a estos camaradas sencillamente “traidores” al servicio de Inglaterra). Es la lucha de toda la sociedad burguesa, incluyendo también la democracia pequeñoburguesa, por más r-r-revolucionaria que sea, contra el proletariado socialista, internacionalista.


En Rusia, esta lucha ha alcanzado la fase en que los imperialistas intenten —por medio de los líderes de la democracia pequeñoburguesa, los Tsereteli, Chernov, etc.— poner fin a la creciente fuerza del partido del proletariado con un golpe brusco y decisivo. Y como pretexto para este golpe decisivo, el ministro Tsereteli ha encontrado el proceder contrarrevolucionario más de una vez utilizado: acusa de conspiración. Esta acusación no es más que un pretexto. La verdad del asunto está en la necesidad en que se ve la democracia pequeñoburguesa, a la que llevan de la rienda los imperialistas rusos y aliados, de acabar de una vez y para siempre con los socialistas internacionalistas. Consideran que ha llegado el momento de dar el golpe. Están excitados, atemorizados, y bajo el látigo de sus señores se han decidido: o ahora o nunca.


El proletariado socialista y nuestro partido deben acumular toda su sangre fría, deben dar prueba de la máxima firmeza y espíritu vigilante: que los futuros Cavaignac rompan el fuego. Nuestro partido ya anticipó en su conferencia la llegada de ellos. El proletariado de Petrogrado no les brindará la posibilidad de sacudirse la responsabilidad de encima. Esperará ahorrando sus fuerzas y preparándose para rechazar, cuando estos señores se decidan a pasar de las palabras a los hechos.


Lenin, "Momento de viraje"; publicado por el periódico bolchevique "Pravda" el 13 (26) de junio de 1917.